CAMINO DE LAS URNAS

'Junts pels vots'

La eficacia de las coaliciones electorales a la hora de sacudir el mapa político es muy limitada

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Jose Rico / Ricard Gràcia

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La cuenta atrás está a punto de terminar. El próximo martes, día 7, expira el plazo para que el independentismo decida si concurre unido o disgregado a las excepcionales elecciones autonómicas del 21 de diciembre, impuestas desde la Moncloa por Mariano Rajoy. ERC, el PDECat, la CUP y sus entidades satélite (la ANC y Òmnium Cultural) negocian contra reloj una segunda entrega, a ser posible corregida y aumentada, de Junts pel Sí.

Los efectos del artículo 155 de la Constitución y el encarcelamiento de los líderes políticos y sociales del soberanismo pueden actuar como catalizador para fraguar una nueva alianza que hasta hace una semana estaba descartada por la mayoría de sus actores, sobre todo por Esquerra, favorita en las encuestas para ganar los comicios catalanes. Ni siquiera la CUP hace ahora ascos a una candidatura unitaria por la que ruega el PDECat para esquivar una presumible debacle en las urnas.

En el tenso contexto actual en Catalunya, la consecución de la unidad electoral independentista que no fue posible en el 2015 tendría un claro afán movilizador. El objetivo sería blindar la actual mayoría absoluta en escaños, pero también cosecharla por vez primera en votos. Pero con la ley electoral en la mano, la eficacia de las coaliciones a la hora de sacudir el mapa político es muy limitada. Efectuadas las simulaciones de qué habría sucedido en la última cita con las urnas si hubiesen forjado determinadas alianzas preelectorales a un lado o a otro del tablero político, los resultados concluyen que, escaño arriba, escaño abajo, el equilibrio de fuerzas hubiese sido similar.

COALICIÓN JUNTS PEL SÍ-CUP

Si todo el independentismo hubiera concurrido al 27-S del 2015 en una misma candidatura, esta coalición habría obtenido 74 escaños, dos más que los que sumaron entonces Junts pel Sí y la CUP. Ese par de diputados los hubiesen pescado de los caladeros de Catalunya Sí que es Pot y el PPC. En concreto, la izquierda alternativa se habría quedado sin su único parlamentario por la circunscripción de Girona y los populares hubieran perdido uno de sus ocho representantes en la provincia de Barcelona. Dichos resultados se obtienen de aplicar la Ley d’Hondt con la suma de los votos recabados por Junts pel Sí y la CUP hace dos años (1.957.348). Es decir, partiendo de la premisa de que esa hipotética alianza hubiese reunido exactamente las mismas papeletas que ambas fuerzas consiguieron por separado.

COALICIÓN JUNTS PEL SÍ-CATALUNYA SÍ QUE ES POT-CUP

En el caso de que todo el bloque partidario de un referéndum de autodeterminación hubiese hecho piña en las urnas en el 2015, la diferencia con los resultados que se dieron entonces hubiera sido tan solo de un escaño más a favor de los soberanistas. Una coalición de Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y la CUP habría logrado 84 diputados, uno más que los 83 que suman actualmente. El perjudicado hubiese sido de nuevo el PPC, al que le habrían arrebatado un parlamentario por Barcelona. Las tres fuerzas 'referendistas' sumaron hace dos años 2.323.842 sufragios.

COALICIÓN CIUTADANS-PSC-PPC

En el otro lado de la balanza, el de los partidos no independentistas, las coaliciones son una quimera. Ni Ciutadans, ni PSC, ni PPC quieren subsumirse en un frente común, seguramente porque las diferencias programáticas más allá del rechazo a la secesión son demasiado grandes, y por ende contraproducentes a la hora de atraer al electorado. Pero si en el 2015 hubiesen decidido sumar fuerzas para intentar frenar a los soberanistas, estos últimos tan solo hubieran sufrido pequeños rasguños. Una alianza entre Inés ArrimadasMiquel Iceta y Xavier García Albiol habría obtenido 54 escaños, dos más que la suma actual de los tres partidos. A Junts pel Sí le hubiesen birlado un diputado en Tarragona, con lo que hubiera empatado a ocho parlamentarios con esa pinza C’s-PSC-PPC. El otro representante se lo habrían adjudicado en Girona en detrimento de Catalunya Sí que es Pot. Las tres fuerzas contrarias a la secesión sumaron hace dos años 1.605.563 papeletas.

COALICIÓN JUNTS PEL SÍ-CATALUNYA SÍ QUE ES POT-CUP Y COALICIÓN C’S-PSC-PPC

Más difícil todavía: ¿y si hace dos años se hubiesen coaligado los soberanistas por un lado y los no independentistas por el otro? Pues de nuevo los cambios habrían sido mínimos respecto a las sumas actuales. Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y la CUP hubieran conseguido 82 escaños, uno menos que los que sumaron por separado. En consecuencia, Ciutadans, el PSC y el PPC juntos se hubiesen anotado 53 diputados, uno más que por separado. Ese único cambio se habría producido en la circunscripción de Girona.