Un informe denuncia las "inhumanas" cargas policiales del 1-O

Disturbios en el barrio de Cappont de Lleida.

Disturbios en el barrio de Cappont de Lleida. / periodico

Guillem Sànchez / Barcelona

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Cinco entidades de defensa de los derechos humanos, agrupadas en la plataforma #Somdefensores, han elaborado un informe que concluye que las cargas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en 92 colegios electorales el pasado 1 de octubre fueron en algunos casos de "alta potencialidad lesiva", atentaron contra la integridad física y moral e incluyeron "métodos de tortura y tratos inhumanos y degradantes".

Jordi Palou-Loverdos, de Novact, ha aclarado que varias de las conductas superan la "vulneración de derechos humanos" porque se trata de delitos que entrañan la comisión de "delitos penales". Anaïs Franquesa e Irene Santiago, de Irídia, han exigido "disculpas públicas" por unos hechos "injustificables" y han defendido que el despliegue policial quiso "sembrar el miedo" para provocar un "daño psico-social" en los catalanes. Por su parte, Aina Torres, de Grup Barnils, ha subrayado que también se coaccionó "la labor de los periodistas".

Contra derechos civiles

Las cargas policiales no solo atentaron contra la integridad de las personas que las sufrieron, también afectaron de forma directa "a derechos civiles como el de la libertad de expresión, de reunión, de manifestación y de participación en asuntos públicos". El uso de esta fuerza, además, se llevó a cabo sobre concentraciones en las que no había "ningún tipo de disturbio". Los policías fueron recibidos por un número importante de personas "que levantaban las manos" o que "se sentaban en el suelo o en escaleras" para ejercer una protesta de resistencia "pacífica".

"En muchas ocasiones", subraya este trabajo, los agentes no se limitaron a estirar a los manifestantes. Sino que propinaron "golpes con las manos y con las botas en diversas partes del cuerpo –incluyendo zonas vitales–, utilizando guantes de seguridad o elementos punzantes no visibles". Hubo agresiones "en la cara, en los ojos, en la nariza, en laboa, en la parte superior de la cabeza, hombros, omóplatos, costado, riñones o piernas". También se produjeron "estirones de cabellos y tocamientos a las mamas y los pezones" y se usaron expresiones verbales "humillantes o vejatorios de naturaleza sexual". Subraya también el uso "masivo" de la porra contra los manifestantes, que en numeras ocasiones no fue precedido de ningún aviso verbal.

Pelotas de goma

El informe dedica un apartado al uso de pelotas de goma por parte de la Policía Nacional, una herramienta antidisturbios. Estos proyectiles de goma están prohibidos por el Parlament de Catalunya y, según los protocolos vigentes, no pueden dispararse a corta distancia o apuntando a partes vitales. Esto se incumplió en la escuela Ramon Llull de Barcelona. Un hombre ha perdido la visión de un ojo al recibir un disparo de pelota de goma desde una distancia demasiado próxima que, además, fue lanzada apuntando a la altura de su cabeza.

El informe será enviado a una veintena de organizaciones que forman parte de las Naciones Unidas y del Consejo de Europa. Está basado en el testimonio de 70 miembros de #Somdefensores que ese día ejercieron de observadores en Barcelona y 20 psicólogos de Irídia que fueron movilizados para atender a las personas que requirieron su ayuda. También en el relato aportado por 154 víctimas que han contactado el colectivo en los días posteriores y en el estudio de dos personas dedicadas a escrutar todo el material audiovisual compilado hasta la fecha.