LA RESACA DEL 1-O

Gobierno, PSOE y C's forzarían elecciones catalanas si hay DUI

Encuentro de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

Encuentro de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. / periodico

G. Robles / P. Santos /. J. Ruiz Sierra / Madrid

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El anuncio de Carles Puigdemont de que está dispuesto a abrir la puerta a la proclamación de la independenciaindependencia (vía ley del 1-O o vía declaración unilateral -DUI-) ha marcado la agenda inmediata en MadridMariano Rajoy se reunió este lunes en la Moncloa con el líder de la oposición, Pedro Sánchez, y el de C’sAlbert Rivera. Solo este último compareció ante los periodistas para especificar cuál es la postura que había defendido en su encuentro con el presidente: aplicar sin demora el artículo 155 de la Constitución, que en principio faculta al Ejecutivo central para suspender con el aval del Senado las competencias de Catalunya. Su uso, según Rivera, debería conllevar únicamente la convocatoria inmediata de elecciones autonómicas. 

El líder de los naranjas especificó además que este camino debiera transitarse, a su juicio, con la máxima urgencia, antes incluso de que se someta al voto del Parlament una posible declaración de ruptura esta semana o la próxima. Se trata de evitar, dijo, que algunos organismos internacionales o estados pudieran acabar reconociendo por sorpresa una República catalana.

Por su lado, Sánchez prefirió dar cuenta de su cita monclovita con una escueta nota en la que destacaba, fundamentalmente, su apuesta por que el presidente del Gobierno haga un intento in extremis de recuperar el diálogo con el 'president' Puigdemont. En todo caso, los socialistas han decidido apoyar una respuesta de Estado –preferentemente que no pase por el 155– si todo termina en una DUI con efectos jurídicos. Respaldan que el epílogo sea un relevo en el Govern.

También el PP cree que Catalunya debe ir a elecciones. Y Rajoy está dispuesto a hallar un punto de consenso con PSOE y C’s sobre cómo lograrlo si es necesario porque no quiere enfrentarse en solitario, tras lo ocurrido el 1-O, a un desafío semejante para el Estado.

La inhabilitación

Precisamente las cargas policiales de esa jornada fueron parte de la conversación entre el presidente y Sánchez. El primero defendió "con rotundidad" la respuesta de los cuerpos de seguridad, mientras que el jefe de la oposición le confirmó su rechazo a esa línea y le avisó de que exigirá responsabilidades por lo sucedido. Otra cosa fue el ambiente al hablar sobre la potencial declaración de independencia.

"El presidente ha mostrado su disposición a estudiar con responsabilidad y lealtad las propuestas que el resto de fuerzas políticas quieran formular, en el bien entendido de que solo están animadas por la búsqueda del bien común y la defensa de nuestro sistema democrático -se subraya desde la Moncloa-. Y ha trasladado a ambos dirigentes políticos la conveniencia de que todos mantengamos una voluntad de consenso para hacer frente al grave reto planteado a nuestro sistema democrático". Por tanto, Rajoy trasladó a sus interlocutores que no ha tomado una decisión sobre el camino a seguir si se proclama la independencia, aunque aún no descarta nada.

Ante esto, Sánchez le animó a escuchar opiniones más allá incluso del bloque constitucionalista, reuniéndose con políticos de distinta tendencia ideológica. En lo que concierne a los socialistas, su dirección prefiere fijar posición definitiva cuando se confirme si el Parlament va a la independencia o si busca fórmulas intermedias que supongan una declaración unilateral, pero sin efectos jurídicos. En todo caso, el equipo de Sánchez (que no federaciones como el PSOE de Extremadura o el de Aragón) discrepa con C’s en que lo conveniente sea el artículo 155 de la Carta Magna.

Una opción que podría tensar aún más los ánimos en Catalunya y contagiar la inquietud a Euskadi, donde además el PSE comparte Gobierno con el PNV. Los dirigentes de la madrileña calle Ferraz preferirían que fuese el Tribunal Constitucional el que, con sus nuevas facultades otorgadas por el PP -y que paradójicamente el PSOE recurrió-, se encargase de inhabilitar a los responsables del Govern si la declaración secesionista torna en realidad.

Esa opción obligaría al Parlament a elegir un nuevo 'president' y, de no haber acuerdo, en dos meses se convocarían automáticamente comicios en Catalunya. Sin embargo es a Rivera a quien no convence esta estrategia. "Yo respeto la posición del PSOE, pero me parece ingenuo pensar que un burofax del Constitucional, el tribunal que no reconocen los independentistas, sirve para frenar la independencia. Yo apuesto por el 155 para algo concreto: convocar elecciones", enfatizó.

Ley de Seguridad y Vía Judicial

El Estado tiene otros caminos para actuar cuyos pros y contras se estudian en la Moncloa. Podría Rajoy activar, si quisiera, la ley de Seguridad (que otorga directamente al presidente capacidad para decretar que existe un problema de seguridad nacional en una zona concreta y tomar el control de la misma) y también serviría, sostienen, para forzar comicios. Al fin y al cabo ese es el objetivo que comparte el bloque constitucionalista si se encienden las alarmas.

Además existe el ámbito puramente judicial. Si una DUI echa a andar en la Cámara catalana, es probable que, de entrada, la querella que ya existe en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) contra los que firmaron la convocatoria del 1-O fuese ampliada.

En ese contexto no hay que descartar que la fiscalía decida también actuar si lo estima pertinente y que los posibles delitos de sedición e incluso de rebeldía (el primero penado hasta con 15 años y el segundo hasta con 25) a aplicar a las autoridades catalanas, con Puigdemont a la cabeza, puedan entrar en juego.