debate soberanista

Pedro Sánchez blinda el pacto con Colau aunque facilite el 1-O

El líder socialista, que se reunió con Puigdemont el día 25, pide al Govern que deje de señalar a los alcaldes

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Cuando aún se podían escuchar los ecos de la manifestación de la Diada, Pedro Sánchez ha llegado a Barcelona para participar en el Foro Primera Plana de EL PERIÓDICO. La lluvia que le ha recibido avanzaba la tempestad política que se avecina de aquí al 1-O. Los pitidos del choque de trenes suenan cada vez más cercanos y, tras reconquistar el PSOE, el líder socialista se ha ofrecido a intentar frenar la colisión ferroviaria, como en las mejores viñetas de Superman. Alzando su capa para proteger a los alcaldes socialistas del diluvio de críticas independentistas, ha reclamado a la Generalitat que "deje de señalar" a los que que quieren acatar la ley. Después de afear a Ada Colau que no haya aclarado aún qué hará en el referéndum, ha defendido que el PSC debería seguir en el Ayuntamiento de Barcelona con independencia de lo que haga la alcadesa de Barcelona el 1-O.

"Sobran amenazas, sobran reproches, falta política (...). Antes del 1-O se debe intentar hasta el último minuto llegar a un acuerdo", ha sentenciado. Aunque ha salpimentado su discurso de apuntes sobre política social, como los retos en el empleo juvenil y las pensiones, el plato principal de su intervención ha sido el debate soberanista, al que se ha referido como ese "episodio tan doloroso" de intento de ruptura de España. Sánchez ha sacado pecho por la actuación de sus alcaldes en Catalunya, a los que ha querido mostrar su "respeto y admiración". "Están poniendo la institución al servicio de todos los ciudadanos y no solo de una parte de ellos".

La ambigüedad de Colau

En este sentido ha lamentado que Colau no se hubiera puesto del lado de los ediles del PSC y que siguiera instalada en la ambigüedad. "La verdad es que, a pocos días del referéndum, no entiendo que no se haya posicionado claramente", ha dicho ante la mirada atenta de Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde y mano derecha de la alcaldesa de Barcelona. Eso sí, se ha opuesto a romper el pacto de gobierno en Barcelona en caso de que Colau facilitara el 1-O.

"Mi opinión es que cuando el PSC se mete en un gobierno, se incorpora con todas las consecuencias para resolver temas de sanidad, derechos sociales o desigualdad. Eso está por encima de cualquier otra consideración. Y esos compromisos deben ser hasta final de legislatura. Creo que con esto he sido claro", ha dicho contundencia, aunque ha matizado que era una opinión personal y que le correspondía al PSC de Barcelona tomar la decisión al respecto.

El secretario general del PSOE, que ha defendido a Enric Hernàndez, director de EL PERIÓDICO, de las críticas recibidas por las informaciones sobre el atentado de la Rambla, ha reconocido que el 25 de agosto, el día antes de la manifestación contra el terrorismo, se reunió con Carles Puigdemont. Un encuentro en el que, además de hablar de los trágicos sucesos, también aprovecharon para abordar el espinoso asunto del referéndum unilateral. "Ha faltado diálogo. Tras el 1-O el desafío independentista no se va a diluir. Por eso, el 2-O es más importante. El futuro pasa por la cohesión. El centralismo es el pasado, la diversidad es lo mejor del presente y del futuro".

Aunque reclama mirar hacia el futuro, Sánchez pide no olvidar cómo se ha llegado hasta aquí. "¿Dónde estaríamos si en lugar de buscar la confrontación entre territorios la derecha española hubiera actuado con sentido de Estado?", se ha preguntado, recordando que sin el recurso del PP contra el Estatut no se habría llegado a este extremo. Mariano Rajoy capitaneó la recogida de cuatro millones de firmas. "Fue un error de enormes proporciones", ha señalado, poniendo de relieve que cuando el PSOE abandonó el Gobierno en el 2011 el voto independentista en Catalunya apenas alcanzaba el 10% mientras que ahora supera holgadamente el 40%. "Frente al antiguo PP, ofrecemos un nuevo PSOE [...]. Ni muros ni precipicios: proponemos abrir un camino para reformar la Constitución".

Durante su intervención no ha citado la palabra federalismo en ningún momento, pero sí que se ha referido varias veces al "nuevo PSOE", con "diversidad" y "pluralismo" como dos de los ingredientes principales de su fórmula mejorada. Dos meses después de pactar con el PSC la Declaración de Barcelona y una semana después de presentar en el Congreso su petición de una comisión parlamentaria para resolver el encaje de Catalunya en España, ha desmenuzado su receta para resolver el entuerto.

"Más autogobierno, siempre a través de la legalidad y del pacto. "Catalunya puede fortalecer sus ansias justificadas de autogobierno sin rupturas unilaterales. Ni muros, ni precipicios. Nosotros proponemos abrir el camino de la reforma de la Constitución de forma dialogada y pactada", ha expuesto, apuntando que desde su punto de vista "el reconocimiento de la identidad nacional no representaría un problema". A la hora de desarrollarlo, ha despertado reacciones de todo tipo en la platea al señalar que tiene un "concepto no nacionalista del concepto nación". Para aclarar cualquier posible malentendido no ha tardado en dejar clara su concepción estatal. "El Estado es uno y no se puede quebrar".

Manifiesto de los alcaldes

Por la tarde, Sánchez se ha desplazado hasta Santa Coloma de Gramenet para asistir a una sesión abierta del Consell Municipal del PSC junto a Miquel Iceta, líder del PSC, Jaume Collboni, teniente de alcalde de Barcelona y responsable de política municipal de los socialistas catalanes, y Núria Parlon, alcaldesa de la ciudad y miembro de la ejecutiva del PSOE. En el acto se ha presentado un manifiesto de alcaldes socialistas de cara al referéndum.

En el texto, más de 350 alcaldes y concejales denuncian las amenazas e insultos recibidos por su posicionamiento de cara a la consulta. Por ello reivindican “el derecho a la plena libertad de expresión, sin ningún tipo de intimidación, discriminación o amenazas”. Los ediles socialistas acusan de este clima intimidatorio a Junts pel Sí y de la CUP y de "ocultar sus debilidades políticas y organizativas traspasando a los ayuntamientos gran parte de los preparativos del 1-O y culpabilizar hipócritamente aquellos ayuntamientos que han decidido cumplir la ley”.

El caso de Terrassa

Uno de los últimos en denunciar el acoso ha sido el alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, que en una publicación de Facebook ha relatado que ha tenido que escuchar era “un mal catalán, un imbécil, un indigno, un trozo de mierda y un maricón asqueroso” por no ceder locales. Ballart ha revelado que había acordado los puntos de votación con el Govern, que no serán en ningún caso de titularidad municipal y que en ningún caso se pondrá en riesgo a ningún funcionario.

El ayuntamiento vallesano, eso sí, garantizará “el orden público y el normal funcionamiento de la ciudad" durante la votación. Una postura de no poner palos en las ruedas del 1-O que también han anunciado que seguirán los alcaldes de Blanes y Granollers y que podría extenderse a algunas otras de las 123 alcaldías de socialistas o de los 65 municipios en los que forma parte del equipo de gobierno.