LA DIFUSIÓN DEL 'PROCÉS'

El Govern contrata a un lobi de EEUU investigado por el 'Rusiagate'

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RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Solo unas semanas antes de que el Parlament aprobara la ley del referéndum, suspendida más tarde por el Tribunal Constitucional, la Generalitat dio un giro a su estrategia para promover el proyecto soberanista en EEUU con la contratación de un nuevo lobi. Sus representantes firmaron el 15 de agosto un contrato de tres meses prorrogables con SGR Government Relations & Lobbyng para “apoyar los actuales esfuerzos de comunicación” y “reforzar las relaciones entre ambos gobiernos y sus comunidades empresariales”. SGR es una firma relativamente nueva que está siendo investigada por el 'Rusiagate' al haber tenido como cliente a uno de los protagonistas de este escándalo. Creada en el 2014 por el consultor en comunicación Jim Courtovich, quien trabajó previamente para varios congresistas republicanos, solo ha tenido a Arabia Saudí y Etiopía como clientes internacionales.

Todos los gobiernos extranjeros que hacen lobi en EEUU, sean nacionales o regionales, tienen que dar cuenta de sus actividades al Departamento de Justicia para cumplir con la ley de registro de agentes extranjeros. Desde el 2013, el Ejecutivo catalán había trabajado en Norteamérica con Independent Diplomat (ID), un lobi especializado en procesos de autodeterminación y resolución de conflictos, al que ha pagado más de 1.6 millones de euros. Pero se desconoce si esa relación continúa. La Generalitat no ha querido aclarárselo a este diario ni tampoco explicar por qué se ha contratado a un nuevo lobi.

A este respecto, el secretismo suele ser la norma. Los responsables de la Delegación del Gobierno de Catalunya en EEUU raramente hablan con la prensa sobre sus contactos institucionales. Esgrimen que no quieren que la diplomacia española se entere y torpedee sus gestiones. “Trabajamos con lobis porque es la manera habitual que utilizan los gobiernos en EEUU para avanzar sus intereses políticos y comerciales”, asegura una fuente del Ejecutivo catalán a modo de comunicado con punto y final.

Hasta el 14 de noviembre

Las fechas del nuevo contrato dejan, sin embargo, pocas dudas sobre las pretensiones del Govern, que lleva años buscando sin demasiado éxito apoyos internacionales para la independencia. La relación con SGR se prolongará hasta hasta el 14 de noviembre, un periodo que cubre todas las fechas críticas del ‘procés’, incluido el 1-O y la resaca posterior. A cambio de sus servicios, la Generalitat pagará "60.000 dólares (49.800 euros) por el periodo de los tres primeros meses y 20.000 dólares al mes a partir de entonces". 

Por ese dinero, cuatro empleados de SGR representarán los intereses de la Generalitat, según los documentos consultados. Pero lo harán a tiempo parcial porque también llevan el portafolio del gobierno de Etiopía, uno de los muchos regímenes represivos de África. Hasta finales del año pasado, SGR tuvo también en su cartera a la Casa Real saudí, que le pagó 45.000 dólares mensuales por concienciar a los miembros del Congreso y el Ejecutivo estadounidense de la “importancia crítica que (Arabia Saudí) tiene para los intereses económicos y de seguridad de EEUU”.

SGR no es uno de los grandes lobies de Washington. De hecho, era casi totalmente desconocido hasta que el 25 de agosto, diez días después de que la Generalitat contratara sus servicios, se publicó que el fiscal especial que investiga la trama rusa ha requerido judicialmente a SGR que dé explicaciones y aporte documentos sobre el trabajo que hizo para el lobi de Michael Flynn, el destituido asesor de seguridad nacional de Trump y uno de los personajes clave del ‘Rusiagate’. Su empresa, el Flynn Intel Group, subcontrató en su día a SGR para que prestara servicios a Inovo BV, una compañía holandesa aparentemente vinculada a la presidencia turca.

Inicialmente, el Flynn Intel Group describió el encargo a SGR como un proyecto para promover el buen clima empresarial en Turquía, según el 'Washington Post'. Pero más tarde y bajo presión, Flynn declaró formalmente que el trabajo consistía en una campaña para concienciar a los estadounidenses sobre Fethullah Gullen, el clérigo turco exiliado en Pensilvania al que Erdogan acusa de ser responsable del fallido golpe de Estado en su país.

En los últimos años, la Generalitat ha invertido mucho tiempo y dinero en tratar de conseguir aliados para su proyecto secesionista en EEUU, y aunque ha conseguido el respaldo de un puñado de congresistas, su éxito ha sido muy limitado. Hace dos años Barack Obama defendió la unidad de España durante su reunión con el Rey en la Casa Blanca, una escena que podría repetirse cuando Mariano Rajoy sea recibido por Donald Trump el 26 de septiembre. Tampoco fructificaron sus intentos para que el Centro Carter se implicara en el conflicto político.  

A diferencia de la Generalitat, España tiene en EEUU un cuerpo diplomático lo suficientemente nutrido para acceder sin intermediarios al Departamento de Estado, la Casa Blanca o el Congreso. Actualmente no tiene ningún lobi contratado, según los registros consultados, pero sí recurrió a ellos en la última década para internacionalizar sus empresas, promover las aceitunas andaluzas y terciar en el litigio sobre el pecio español hundido en Florida.