actos a favor y en contra del 1-O

Crispación sin incidentes frente al cuartel de la Guardia Civil

Guillem Sànchez / Barcelona

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Las manifestaciones convocadas en contra y a favor de la Guardia Civil este lunes al mediodía frente a la comandancia del barrio de Gràcia han terminado encarnando las dos posiciones más antagónicas que suscita la votación del 1-O.

La CUP había llamado a movilizarse ante la sede del instituto armado porque considera que la investigación que sus agentes están llevando a cabo de los preparativos del referéndum "es un intento de imponer el miedo", en palabras del diputado Carles Riera. Esta llamada de los anticapitalistas, sin embargo, ha sido respondida por otra concentración en apoyo de la Guardia Civil. Sin que ninguna organización en concreto la convocara, a través de las redes sociales, y con el apoyo de políticos como Carina Mejías de Ciudadanos o de la plataforma Convivencia Cívica Catalana, ha terminado reuniendo a un centenar largo de simpatizantes, algo menos que el grupo que ha respondido a la llamada de la CUP.

La manifestación y la contramanifestación han obligado a los Mossos d’Esquadra a tejer un dispositivo de seguridad que blindaba la puerta de la comisaría y, a la vez, trazaba un doble cordón que impedía que ambas se encontraran. 

Del lado independentista se han escuchado gritos como "votaremos, votaremos" e "in-inde-independencia". En el opuesto, las proclamas eran "no nos engañan, Catalunya es España". En el primer bando se ondeaban 'estelades', en el de enfrente se enarbolaban banderas españolas y 'senyeres'.

Una redactora del Món.cat ha recibido insultos desde el bando españolista. También la periodista de TV-3 que ha conectado desde Travessera de Gràcia ha sido rodeada e increpada por parte de participantes del mismo sector. 

Las dos protestas se han apagado al cabo de una hora. Ha habido episodios de crispación pero no más incidentes. Para despedirse unos han aireado una 'estelada' con la inscripción "155", en alusión al artículo constitucional que podría esgrimirse para suspender la autonomía catalana. Y los otros les han respondido diciéndoles 'adiós' con la mano.