El PSOE rechaza por "cruenta" la suspensión de la autonomía de Catalunya

Pedro Sánchez habla con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, este lunes en la sede del partido.

Pedro Sánchez habla con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, este lunes en la sede del partido. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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El PSOE apoya al Gobierno central en su conflicto con la Generalitat, pero no garantiza que ese apoyo se mantenga si cambian las circunstancias. El nuevo portavoz socialista, Óscar Puente, ha utilizado este lunes, tras la primera reunión de la ejecutiva de Pedro Sánchez, palabras contundentes para referirse al artículo 155 de la Constitución, que el Ejecutivo no descarta aplicar llegado el caso.

“Solo <strong>Alfonso Guerra</strong> lo ha puesto encima de la mesa. Espero que haya soluciones previas, menos cruentas y dialogadas. Nosotros estamos en un punto intermedio entre el centralismo y el independentismo. El 155, por mucho que esté en la Constitución, es una medida muy cruenta y espero que no se produzca”, ha dicho Puente un día después del congreso del partido, en el que Sánchez tomó todo el control mientras los principales barones, que apoyaron a Susana Díaz, miraban hacia otro lado.

El artículo 155 señala que si el presidente de una comunidad no atiende las obligaciones que la Constitución marca o atenta "gravemente" contra "el interés general de España", el Gobierno puede adoptar "las medidas necesarias" para exigirle el "cumplimiento forzoso de dichas obligaciones". Coloquialmente, esta norma es conocida como la de la suspensión de la autonomía, aunque los juristas llevan años advirtiendo de la dificultad de su aplicación porque no están claras las medidas que habría que adoptar y cómo habría que llevarlas a la práctica. De hecho, algunos expertos consideran que sería necesario desarrollar antes una ley orgánica para evitar problemas jurídicos si se tuviera que utilizar.

El PP, por su parte, ha cargado contra el carácter "plurinacional" del Estado por el que aboga ahora Sánchez. En opinión del vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, el líder del PSOE es "ambiguo" ante el "desafío secesionista" porque quiere "agradar" a los nacionalistas para ganarse su favor cara al futuro, informa Pilar Santos.

LA TRIPLE ALIANZA

La primera reunión de la ejecutiva socialista ha servido para aprobar los cambios en el organigrama parlamentario del PSOE (la independiente Margarita Robles, exjueza del Supremo, será la portavoz en el Congreso), así como para que los socialistas vuelvan a tender la mano a Ciudadanos y Podemos para formar una alianza que desaloje a Mariano Rajoy de la Moncloa. “Somos optimistas, tenemos una fe ilimitada en el ser humano”, ha dicho Puente, quien, aun así, ha dado por hecho que este pacto no se producirá a corto plazo.

De ahí que, por el momento, el PSOE vaya a impulsar un “espacio de encuentro” en el Congreso que sirva para derogar las leyes más polémicas del PP, aprovechando que los conservadores han perdido la mayoría absoluta. Los socialistas descartan los pactos cara a una futura moción de censura con las fuerzas independentistas (“no nos planteamos una alternativa de gobierno con aquellos que quieren romper el país”, ha dicho Puente), pero sí quieren dialogar con ERC y el PDeCat sobre iniciativas parlamentarias concretas.

El PSOE, mientras tanto, quiere que Sánchez se reúna con Rajoy cuanto antes. “Estamos a la espera a que el presidente convoque al líder del PSOE para tratar asuntos de gran importancia. El único contacto ha sido por la llamada cuestión catalana, pero son muchos los asuntos a tratar. Creemos que ese encuentro es necesario y esperamos que se produzca lo antes posible”, ha dicho Puente.  

LAS CRÍTICAS DESDE ANDALUCÍA

Mientras tanto, el PSOE andaluz ha expresado sus dudas en torno al estado "plurinacional" que defiende Sánchez. El secretario de organización y mano derecha de Susana Díaz, Juan Cornejo, se ha preguntado si este reconocimiento significará que hay "españoles de primera y de segunda". En su opinión, el problema no es de calificativos, sino de los que estos "significan y cómo se desarrollan". "Queremos saber si se nos está hablando de que pueda haber un tratamiento fiscal, económico, jurídico o de relación, o si se está hablando de que reconocemos las singularidades, la cultura o el idioma", ha señalado.