EL SAQUEO DE UNA INSTITUCIÓN

El 'caso Palau', visto para sentencia

Fèlix Millet llega al último día del juicio del 'caso Palau', en la Ciutat de la Justícia.

Fèlix Millet llega al último día del juicio del 'caso Palau', en la Ciutat de la Justícia. / periodico

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Tras tres meses y medio y una treintena de sesiones, el juicio por  el saqueo del Palau de la Música ha quedado visto para sentencia este viernes. Ahora, empieza, como ha reconocido la presidenta del tribunal, Montserrar Comas. la ardua tarea de discernir el alcance del expolio y si, como sostiene la fiscalía, 6,6 millones de euros fueron a parar a Convergència Democrática (CDC). Los documentos hallados en el auditorio apuntan a que la constructora Ferrovial pagó comisiones a ese partido, a través de la entidad. a cambio de obra públicaUna hipótesis que se vio reforzada por el pacto sellado entre el fiscal Emilio Sánchez Ulled y la defensa del exdirectivo del Palau, Jordi Montull, y de su hija Gemma. El acuerdo supone una rebaja considerable en la petición de pena para estos dos últimos. Para ella, la acusación pública solo reclama tres años de presión, pero uno sustituible por una multa, con lo cual no ingresaría en la cárcel. Millet no quiso quedarse sólo y, al final, se apuntó al carro de la confesión.

Estas confesiones han marcado el juicio, aunque el fiscal, igualmente, ha mostrado en el juicio las pruebas con las que contaba para poder acusar. Sánchez Ulled lo dejó claro en su informe: el Palau fue la "cañería" por la que transitaba el dinero de Ferrovial a CDC. Los dos directivos de la constructora acusados han defendido que el dinero que aportaba la empresa era por patrocinio. Las anotaciones sobre pagos a "Daniel", que los encausados han identificado como el extesorero convergente Daniel Osácar, y los papeles donde se detallan unos porcentajes vinculados a obras públicas han sido usados como pruebas por la acusación. ¿Por qué tenía Millet y Montull, que regentaban una entidad cultural, estos documentos?. La respuesta la dará el tribunal en su sentencia que saldrá a partir del mes de septiembre.

En la última sesión del juicio,  el abogado de <strong>Convergència Democràtica (CDC),</strong> <strong>Xavier Melero</strong>, ha aprovechado para asegurar en su informe final que el partido no se benefició de ningún tipo de comisión ilegal y que, en todo caso, si se consideraba que había existido tráfico de influencias (delito que niega) el partido se habría lucrado de 2,4 millones de euros y no de 6,6 millones, el decomiso que reclama el fiscal<strong>.</strong> De la cantidad del fiscal, el letrado ha descontado las supuestas aportaciones percibidas en efectivo por el extesorero convergente, <strong>Carles Torrent</strong>, que falleció en el 2005 y no fue investigado, y de su sucesor, el acusado<strong> Daniel Osácar </strong>que, a su entender, no han quedado acreditadas.

REBAJA DE LO DEFRAUDADO

El abogado de CDC ha indicado en su informe que, a su entender, no ha quedada acreditada la existencia del delito de tráfico de influencias, al no acusarse a ningún funcionario público o haberse probado la manipulación de adjudicaciones. Y que al no existir este delito, no puede considerarse que Convergència se ha lucrado percibiendo comisiones de <strong>Ferrovial </strong>a través del Palau de la Música. Ha ido discutiendo partida a partida las cifras ofrecidas por el fiscal y solo ha aceptado que beneficiaron al partido los fondos percibidos por el convenio firmado por el Palau de la Música con la fundación Trias Fargas (ahora CatDem), que ascendían a 630.000 euros, y a la facturación falsa de un grupo de empresas de trabajos pagados por el Palau, pero que realmente fueron al partido. En total, 2,4 millones de euros. CDC tiene embargada 15 sedes.

Melero ha querido dejar claro también la importancia que ha tenido CDC en la vida política catalana y ha asegurado: “No sé si la desaparición de Convergència como sujeto político tiene algo que ver con las responsabilidades que se podrían derivar de este procedimiento. No me lo han dicho. Pero sería un caso único en la historia de la democracia de contrición y de un examen de conciencia así”. CDC se refundó en PDEcat.

ACOSO Y AMOR A LA MÚSICA

En el turno de última palabra, los dos principales acusados, Millet y Jordi Montull, han renunciado a ejercer este derecho. Si que lo ha hecho la hija de este último, Gemma Montull, que ha relatado el acoso social a la que había sido sometida ella y su familia durante los ocho años de investigación. “Me han insultado, llamado ladrona, hija de…. Me han hecho pintadas. He tenido que cambiarme dos veces de casa" ha relatado. "No tengo miedo de ir a la cárcel, nadie se muere por ir y no tengo porque ir", ha dicho al acabar la vista.

El extesorero de CDC, Daniel Osácar, ha hecho también un pequeño discurso en el que ha destacado que “ama la música” y también que lleva al Palau de la Música desde siempre “en el corazón”. “¿Cómo se pueden pensar que yo participé en su saqueo?”, ha preguntado. Osácar se definió como un hombre “íntegro, honrado y honesto” y una  “persona creyente, católica, practicante, hombre de iglesia y seguidor del Evangelio”. La presidenta del tribunal, Montserrat Comas, agradeció a todos la ayuda prestada para que el juicio se desarrollara con normalidad.