Catalunya, ¿una república sin ejército?

Carro de combate Leopard 2 E del Ejército español durante una demostración.

Carro de combate Leopard 2 E del Ejército español durante una demostración. / mfv

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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¿Debería tener ejército una Catalunya independiente? Esta es una de las preguntas más incómodas del debate soberanista. Una serie de intelectuales del pacifismo defiende una estrategia de seguridad sin fuerzas armadas, en un conjunto de reflexiones presentado el pasado 23 de febrero por el 'conseller' de Exteriors, Raül Romeva. Frente a ellos, las tesis favorables al ejército propio y a la OTAN, especialmente en el PDECat.

'Construir un Estado seguro y en paz' es el título del seminario del que se ha editado un libro con aportaciones sorprendentes como una respuesta a la pregunta: "Si el Estado español atacara Catalunya, ¿cómo se defendería Catalunya?". La conclusión es que el ataque sería imposible porque España necesitaría el acuerdo de los miembros de la OTAN, y en caso de ocupación militar, la opinión de los expertos en pacifismo es que España "sufriría gravísimas consecuencias" políticas y económicas internacionales. "En este poco probable escenario, Catalunya no tendría tiempo ni capacidad para haber organizado un ejército capaz de repeler el ataque y evitar la ocupación", añaden.

EL ATAQUE DE ESPAÑA

El texto subraya que por parte del Estado "el único 'ataque' posible podría ser un bloqueo económico, comercial y de vías de comunicación... que, de hecho, perjudicaría a todas las partes -Catalunya, España y Europa- de manera significativa y por tanto difícilmente podría durar demasiado tiempo". Añade el documento que ante una posible declaración unilateral de independencia el Gobierno podría suspender la autonomía y sus instituciones "llegando a la ocupación por la fuerza policial de los edificios, al encarcelamiento de políticos y funcionarios". "En este caso, para evitar una confrontación armada entre cuerpos policiales de consecuencias imprevisibles, parece mucho más disuasivo y efectivo saber que habría un llamamiento a la no-claudicación y a la resistencia civil no violenta de políticos, funcionarios y ciudadanos, que no obedecerían las órdenes de una autoridad impuesta", recalca.

CONTRA LA OTAN

El documento recoge los debates de un seminario en el que participaron entre otros Jordi Armadans, director de FundiPau; Pepe Beúnza, objetor de conciencia, y Núria Breu, del grupo Gent de Pau y del colectivo Pau i Treva.  El texto muestra también el rechazo a la Alianza Atlántica: "La pertenencia a la OTAN constituye un riesgo en sí mismo, lo más prudente sería no participar en estas alianzas armadas y tejer nuevas alianzas con países que quieran intervenir en los conflictos internacionales dando apoyo a una refundación de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad que permita la creación de cuerpos de seguridad de nueva concepción (cascos azules) propios y no cedidos por los estados, como hasta ahora". Este rechazo contrasta radicalmente con la concepción que tienen el PDECat y dirigentes como el 'expresident' Artur Mas, que juzga esencial que se prometa mantener a Catalunya en la OTAN en caso de independencia para poder lograr complicidades internacionales. Frente a la creación de un ejército, el seminario evaluó otro concepto, llamado "seguridad humana" y también la "defensa civil no violenta".

LA TESIS MILITARISTA

Otros, en cambio, como el actual responsable de comunicación del Govern, Jaume Clotet, defienden claramente la necesidad de que una Catalunya independiente cuente con unas fuerzas armadas. En el libro 'Política de defensa i Estat propi', de la editorial Base, Clotet afirma que "un Estado que quiera tener un papel y tener influencia en las decisiones de carácter regional e internacional ha de tener una política de defensa". Cree que una Catalunya independiente sin ejército sería "un caso insólito" por lo que considera que "un Estado catalán difícilmente podría dejar de tener una política de defensa porque no tenerla supondría una grave irresponsabilidad respecto a la seguridad de sus ciudadanos y una decisión insolidaria respecto al resto de países europeos".

INFORMES QUE NO SE MOJAN

Por su parte, el informe sobre seguridad del Consell Assessor per a la Transició Nacional no se moja al respecto de si debe existir un ejército propio. Apunta, como alternativa al mismo, dos posibilidades:"a) ampliar las funciones del cuerpo de Mossos d'Esquadra, haciendo que asuma funciones de seguridad externa y/o defiende, hecho que implicaría una militarización parcial de algunas unidades y efectivos de los Mossos; b) crear una Guardia Nacional, con funciones de seguridad, de gestión de emergencias o de defensa, autónoma coordinada con los otros cuerpos de seguridad". Eso sí, disponer de un ejército tendría una ventaja, apuntan los autores del informe: "Puede crear un modelo ex novo, ahorrándose el problema al que ahora se enfrentan la mayor parte de países europeos: modificar, cuantitativamente y cualitativamente, sus ejércitos, creados hace siglos, en un momento en que la opción por ejércitos orientados a defender fronteras de eventuales invasiones por otros ejércitos ha perdido sentido por falta de amenazas territoriales".