¿Qué nos deparará el 2017 en política catalana? Aviso: el lío catalán irá a más

Tal día como hoy hace un año, esta crónica destinada a anotar cuáles serán los episodios que puede vivir la política catalana se titulaba 'Lío asegurado'. De acuerdo, era fácil de prever que se avecinaba jaleo, pero no negarán que el vaticinio fue acertado. Pues ahí va el pronóstico para el 2017: el lío no solo continuará, sino que irá a más. 

Si el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, cumple su promesa, este será el año del referéndum. ¿Cuándo? No está claro, porque si bien la intención inicial era que se celebrase durante la segunda quincena de septiembre, cada vez es más probable que se adelante a antes del verano. De ser así, se haría coincidir en el tiempo con la aprobación de las tres leyes  de desconexión (transitoriedad jurídica, Hacienda y Seguridad Social).                                                                                               

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¿Cómo se organizará? Si el Govern lo sabe, no lo cuenta –asegura que mantiene el secretismo para no dar pistas al Ejecutivo del PP–. Así que la (poca) información oficial que se ha ofrecido no permite ir más allá de las especulaciones. El censo que se utilizará, los porcentajes mínimos para validar un sí a la independencia, las garantías para que tenga reconocimiento internacional... son preguntas que aún no tienen respuesta. Y tal vez cuando se obtengan no pasarán de ocupar los titulares de prensa y convertirse en argumentos para los previsibles recursos que la Abogacía del Estado interpondrá ante el Tribunal Constitucional. Porque, pese al compromiso adoptado por Puigdemont, en privado algunos dirigentes de la antigua Convergència señalan que urnas las habrá, pero que es muy posible que se acaben colocando para celebrar unas elecciones y no una consulta. Entonces se despejaría uno de los debates que el partido intenta acallar, de momento, con éxito. ¿Será Puigdemont el candidato? Él se resiste, pero la dirección del PDCat intentará hasta el último momento que cambie de opinión y se avenga a ser el revulsivo que necesitan para remontar en los sondeos. 

LA CARPETA PENDIENTE

LA CARPETA PENDIENTEEn todo caso, se vote lo que se vote y sea cuando sea, antes podrá comprobarse en qué consiste la 'operación diálogo' que está pilotando la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y que todavía no se ha concretado en medidas que permitan constatar que el cambio de actitud va más allá de las buenas palabras. La carpeta catalana, resumida en los 46 puntos que Puigdemont le entregó a Rajoy hace ocho meses, se abordará este año, contando que el Ejecutivo central ya ha dejado claro que uno de ellos, el del referéndum, no formará parte de la negociación. El resto van desde medidas sociales hasta política fiscal así como 28 puntos que, para la Generalitat, resumen los incumplimientos del Estado con Catalunya. Se da por hecho que el Ministerio de Fomento prometerá una mayor inversión en Rodalies y que se abordará de una vez la reforma del modelo de financiación (la revisión lleva más de dos años de retraso). Otra reforma de la que hablará y mucho pero sin que eso signifique que se aborde será la de la Constitución. 

Finalmente, el documento que Santamaría tiene encima de la mesa incluye un cuarto bloque que en los próximos meses cobrará especial importancia: la judicialización de la política.

BANQUILLO Y CALLE

A buen seguro que el desfile de políticos independentistas por los juzgados no contribuirá a que el diálogo avance. Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega se sentarán en el banquillo el 6 de febrero por haber convocado la consulta del 9-N mientras que el ahora diputado en el Congreso Francesc Homs será juzgado por el Tribunal Supremo. En Junts pel Sí se da por hecho que el que fue conseller de Presidència acabará inhabilitado. En cambio, existen más dudas sobre el futuro de otra de las procesadas: Carme Forcadell.  Carme Forcadell

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Si la presidenta del Parlament acaba inhabilitada por haber permitido que se votase una declaración que abre la vía a la celebración de un referéndum unilateral, den por hecho que el independentismo se movilizará en la calle. Y no solo el independentismo, porque en esta cruzada tiene como aliado al universo de los comuns. Su protagonismo irá en ascenso y la duda es hasta dónde está dispuesta Colau a acompañar a Puigdemont en su pulso al Ejecutivo central. 

Si no cambia de estrategia, el nuevo partido que nacerá este año y que tendrá a la alcaldesa de Barcelona como referente y Xavier Domènech como previsible cabeza de lista en las autonómicas se mantendrá en la defensa de que el referéndum debe ser legal y que la unilateralidad no resolverá el conflicto.