LA INCÓGNITA DE LA INVESTIDURA

Sánchez recurre a Tsipras para redoblar la presión sobre Podemos

Alexis Tsipras y Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas.

Alexis Tsipras y Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Lo primero que dijo Pedro Sánchez este jueves durante sus breves declaraciones en Bruselas, hasta donde se trasladó para participar en la cumbre socialdemócrata previa al Consejo Europeo, fue esto: “Yo podría ser hoy presidente del Gobierno”. Desde que fracasó en su investidura, hace ya dos semanas, el líder socialista está logrando mantener la iniciativa y actuar como si continuara siendo el candidato oficial a la Moncloa, un destino final para el que necesita la sintonía de Podemos. El PSOE no descarta lanzar nuevas ofertas, pero por el momento su estrategia para atraer al partido morado se basa en presionar a su líder, Pablo Iglesias, ligándolo al PP si no se aviene al pacto.

La última prueba consistió en recurrir a Alexis Tsipras, el primer ministro griego. Tsipras, del partido antiausteridad y de izquierdas Syriza, es un dirigente al que Iglesias suele citar como modelo, así que Sánchez le emplazó a interceder para facilitar su investidura, aprovechando su presencia, por vez primera y como observador, en la cita de los líderes socialdemócratas. “Doy la bienvenida a Tsipras, pero le recuerdo que Iglesias está bloqueando la formación de un Gobierno progresista. Le voy a pedir que le diga a Iglesias que con su actitud está perjudicando a millones de españoles y beneficiando a Mariano Rajoy”, anunció Sánchez al mediodía.

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La conversación se produjo poco después. Duró entre cinco y diez minutos, según el entorno del secretario general del PSOE, y en ella ambos dirigentes se emplazaron a seguir en contacto. "Está bloqueando. Es muy duro en las negociaciones", dijo Sánchez al primer ministro griego, en referencia al líder de Podemos. Sin embargo, fuentes próximas al Tsipras citadas por Europa Press dejaron claro que el líder de Syriza no piensa llamar a Iglesias "para pedirle que haga cosas que no quiera hacer". "No es nuestro trabajo ni nos compete convencer a nadie para que participe en un Gobierno o no", adujeron dichas fuentes.

SIN “CORDONES SANITARIOS”

La única respuesta del partido morado llegó de la mano de Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem, que escribió en Twitter: “No hace falta pedirla nada a Tsipras. Solo no pactando con C’s se puede conseguir”. Se trata de un movimiento que el PSOE dice no estar dispuesto a dar. La alianza con el partido naranja se mantendrá, insisten tanto Sánchez como Albert Rivera, quien desde Valencia rechazó los “cordones sanitarios”, sumando así a Podemos a la ecuación, y volvió a cargar contra el PP por su rechazo a las negociaciones.

Aun así, el primero se reunirá la próxima semana con Iglesias sin la presencia del segundo. Es una cita en la que el PSOE no tiene puestas grandes esperanzas, sobre todo a raíz de la crisis interna de Podemos, que a juicio de los socialistas ha reforzado al sector “inmovilista”, que identifican con Iglesias, frente al “más proclive al pacto”, que estaría presuntamente representado por Íñigo Errejón, número dos de la fuerza morada.

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APERTURA Y REDUCCIÓN DE ESPACIOS

La presión de Sánchez fue más allá. El líder socialista aprovechó la polémica negativa del ministro de Defensa, Pedro MorenésPedro Morenés, a rendir cuentas en el Congreso sobre la última cumbre de la OTAN para responsabilizar a Podemos. El argumento es que todo lo que haga el Ejecutivo en funciones del PP es también culpa de Iglesias porque está en su mano desalojar a los populares del poder. “Es responsabilidad del Gobierno en funciones, sí, pero no solamente. Es también de aquellos que con su bloqueo contribuyen a que España no tenga un Ejecutivo con plenas capacidades, que es lo que estamos pidiendo el PSOE y C’s”, dijo Sánchez sobre la ausencia de Morenés.  

En Madrid, mientras tanto, los socialistas abrieron por un lado el espacio de sus pactos y lo redujeron por otro. Su equipo negociador (a solas, sin los de Rivera, en una decisión consensuada) se reunió con el de IU, y poco después Alberto Garzón emplazó al PSOE y a Podemos a “dejar de marear la perdiz”. El líder de la coalición de izquierdas quiere que Sánchez “rompa” el acuerdo con C’s o lo “transforme hasta el punto de que sea otro distinto”, algo que no se puede hacer, insistió, sin la participación de Podemos.

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Al mismo tiempo, el PNV, a quien los socialistas confiaban en sumar a su pacto con Rivera, anunciaron que tal cosa era “imposible”. El acuerdo, señaló su portavoz, Aitor Esteban, aparca “un elemento fundamental del PNV: el derecho a decidir” y “rezuma neocentralización”. Los nacionalistas vascos no reanudarán las negociaciones a menos que el PSOE abjure de su alianza con Rivera.