El PSOE vislumbra nuevas elecciones

Pedro Sánchez es aplaudido por sus diputados en el debate de investidura, el pasado viernes.

Pedro Sánchez es aplaudido por sus diputados en el debate de investidura, el pasado viernes. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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A la luz de lo que ha ocurrido en las últimas semanas, los socialistas consideran que lo más probable es que se repitan las elecciones. El apoyo de Podemos a su acuerdo con Ciudadanos está prácticamente descartado, mientras que la abstención de Pablo Iglesias provocaría en el PSOE conflictos internos difíciles de solucionar, ya que también requeriría que ERC y Democràcia i Llibertat no se posicionaran en una nueva votación a la investidura de Pedro Sánchez, que en todo caso necesitaría que el Rey le volviera a designar candidato a la Presidencia del Gobierno.

La idea pasa por rentabilizar al máximo su pacto con Albert Rivera, una alianza que les permite dar una imagen de partido que ha interiorizado la necesidad de entendimientos entre distintas siglas, que suma ocho diputados más de los que tiene el PP (los 131 del PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria frente a los 123 de los populares) y que coloca a Podemos ante la disyuntiva de apoyarla o votar en contra junto a Mariano Rajoy, algo que hizo el miércoles y viernes pasados. El último refuerzo de la asociación Sánchez-Rivera se plasmó el sábado, cuando sus respectivos partidos anunciaron que cualquier nuevo socio tendría que negociar con los dos al mismo tiempo.

DE DOS PACTOS A UNO

El PSOE había explorado la posibilidad de un acuerdo con Ciudadanos y otro distinto, pero no incompatible, con las fuerzas a su izquierda: Podemos, Compromís e IU. Ahora señala que deberán sumarse al pacto ya firmado. El movimiento pretende aislar aún más a Rajoy, pero también reduce el espacio con Iglesias, quien el pasado miércoles, en el debate de la fallida investidura de Sánchez, acusó a Rivera de representar “la peor de las tradiciones políticas españolas” al tener como única preocupación “su cercanía al poder”.

Hubo más ataques. El líder podemista también recordó los vínculos fundacionales del PP con el franquismo, así como “el pasado manchado de cal viva” del expresidente Felipe González, en referencia a los GAL. Esa actitud durante el pleno llevó a los socialistas a concluir que no existe apenas margen para el acuerdo.

Aun así, los colaboradores de Sánchez consideran que no todo Podemos se mueve en la misma lógica. Señalan, en una versión negada por la dirección del partido morado, que una parte de sus dirigentes (que identifican con el número dos, Íñigo Errejón) busca evitar nuevas elecciones a través de una abstención de última hora a la investidura del candidato del PSOE. Los socialistas quieren explotar estas presuntas contradicciones internas, pero al mismo tiempo admiten que un Gobierno que se basara en esos cimientos sería “muy débil” y estaría también condicionado por la abstención del independentismo, algo que rechazan los principales barones del partido.

El pasado viernes, cuando se convirtió en el único candidato de la democracia española que fracasa en sus dos votaciones de investidura, Sánchez acusó a Iglesias de “traicionar” a sus votantes. Es un mensaje en el que los socialistas insistirán en las próximas semanas.