Sánchez obtiene un rotundo 'sí' de las bases a su pacto con Rivera

Pedro Sánchez vuelve a pasar otra difícil prueba. El candidato a la Presidencia del Gobierno pidió este sábado a la militancia, en la sede del PSOE en Pozuelo de Alarcón (Madrid), “un 'sí' rotundo” en la consulta sobre el pacto de gobierno alcanzado con Ciudadanos, una convocatoria que calificó de “histórica”. Los casi 190.000 militantes socialistas respondieron con más implicación de la esperada. La dirección del partido daba por seguro que los afiliados votarían a favor del pacto, pero temían una escasa participación. Fue del 52%, y de estos un 79% dio el visto bueno al documento firmado por Albert Rivera y Sánchez, que la semana que viene encara dos votaciones de investidura en las que todo apunta que fracasará.

Hay, sin embargo, datos preocupantes: el 21% de las bases que acudieron a las urnas se posicionaron en contra. Y en Catalunya, donde nació Ciudadanos, la participación fue del 31,3%, mucho más baja que en otros territorios, si bien el 77,9% votó a favor.

FACTORES ADVERSOS

La alianza con Rivera solo suma 130 diputados, insuficientes para llevar al líder del PSOE hasta la Moncloa. Tachado por Sánchez de “nuevas generaciones del PP” en la pasada campaña a las generales, Ciudadanos es un partido que no despierta especial simpatía entre las bases socialistas, que suelen ser más de izquierdas que sus dirigentes. Y el acuerdo incorpora medidas traumáticas para el PSOE, como la eliminación de las diputaciones y la no derogación, en contra de lo prometido, de la reforma laboral y la ley mordaza. Son factores que empujaban a los afiliados hacia el desinterés en la consulta, pero también había otros, en el mismo sentido, que tienen que ver con el siempre intenso ambiente orgánico entre los socialistas.  

Hay silencios que inquietan. El de Susana Díaz, por ejemplo. La presidenta de Andalucía, donde reside la cuarta parte de la militancia, no se implicó en esta consulta. Ni siquiera pidió el voto a favor. Su actitud no dista mucho de las de otros importantes barones, que también se han puesto de perfil. El referéndum interno fue anunciado por Sánchez como forma de zafarse de su control sobre los pactos que pudiera alcanzar, así que los líderes territoriales no hicieron mucho para que la convocatoria fuese un éxito.

Pero lo ha sido a ojos de la dirección del PSOE, que insiste en que la premura de la consulta y las carencias aritméticas de la alianza contribuían a una escasa participación. Los colaboradores del candidato ponen de ejemplo las primarias de julio del 2014, que ganó Sánchez, en las que votó el 66% de los militantes.

EL CALENDARIO

Sánchez encara ahora un comité federal del PSOE, el lunes, en el que se ratificará el resultado de la consulta. Un día después comenzará el debate de investidura, cuya primera votación, para la que se requiere mayoría absoluta, tendrá lugar el miércoles. La segunda, donde el listón está en una mayoría simple, será el viernes o el sábado.

Salvo sorpresas de ultima hora, el candidato socialista saldrá del Congreso sin haberse convertido en jefe del Ejecutivo debido a los votos en contra del PP y Podemos, pero espera volver a intentarlo antes de la convocatoria de elecciones. Tiene dos meses para que Pablo Iglesias cambie de actitud. Y si hay nuevos comicios, la consulta de este sábado le servirá para afianzar su eventual candidatura, en cuyo caso repetirá sin pausa el mensaje de la supuesta pinza entre populares y podemistas.

Pero Sánchez también tendría que hacer frente a la imagen de cierta derechización que proyecta su acuerdo con Rivera. “Que no se le olvide a nadie que quien se presenta es el secretario general del PSOE, un partido tan de izquierdas como otros partidos de izquierda”, señaló tras depositar su voto. Cuando conoció los resultados, el candidato dijo que el "cambio" estaba "más cerca". 

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