CAMINO DE LA INVESTIDURA

El pacto de PSOE y Ciudadanos aleja a Iglesias de Sánchez

Sánchez y Rivera, durante la firma del acuerdo de legislatura, este miércoles en el Congreso.

Sánchez y Rivera, durante la firma del acuerdo de legislatura, este miércoles en el Congreso. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / GEMMA ROBLES / MADRID

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Pedro Sánchez y Albert Rivera solemnizaron este miércoles en el Congreso la firma de su acuerdo. El pacto es a todas luces insuficiente para lograr una investidura y para poder gobernar, porque entre ambas organizaciones suman 130 diputados, después de que la Ejecutiva de Ciudadanos decidiera votar a favor en el pleno de investidura de la próxima semana. Pero fue lo bastante relevante para levantar una polvareda política provocada por el pataleo del PP, que contaba con que C’s no daría este paso, y aumentada por el hecho de que Podemos se levantara de la mesa y suspendiera las conversaciones, a modo de protesta ante dicho acuerdo, hasta “un segundo tiempo”.

 Podemos y sus satélites territoriales congelarán por tanto las conversaciones hasta que pase el primer intento de investidura de Sánchez. Estirarán los plazos hasta el límite de lo legal (el 3 de mayo) para decidir si apoyan, rechazan o se abstienen definitivamente para que los socialistas se hagan con la presidencia del Gobierno. “De momento, el PSOE ha elegido y esa elección es incompatible con nosotros”, aseveró el portavoz de los podemistas, Iñigo Errejón.

Los socialistas, que sostienen que el acuerdo con C’s puede ser “ampliado y completado” si hubiera pactos (indispensables para que haya investidura) con otros partidos, mantiene su intención de acercarse al bloque de la izquierda. Considera que el empeño de Rivera de buscar la abstención del PP es tan legítimo como baldío. Pero la airada reacción de Podemos este martes obligó al PSOE a mover ficha en la inevitable escenografía que rodea estas jornadas. Y replicó con dureza.

Así, Antonio Hernando, portavoz del PSOE, acusó a Podemos de hacerle el juego al PP por tacticismo y de “mentir” a sabiendas sobre el contenido del acuerdo PSOE-C’s porque, a su entender, en realidad no querían pactar. Los ‘morados’ hacen exactamente el mismo reproche a los socialistas para tratar de explicar por qué han elegido a una organización de centro-derecha para tejer un primer acuerdo que “va a hacer las delicias del IBEX”, mientras IU y Compromís se lamentan del nuevo alejamiento entre socialistas y podemistas y se ofrecen para intentar recomponer la situación. Eso sí, después de la primera investidura, que ya todos dan por fallida en este contexto.

CONTRATOS Y PLAN DE EMERGENCIA

La parte más polémica del pacto, la que motiva la tesis de Errejón, es la que afecta a las medidas laborales. Si Podemos considera que se abarata el despido, el PSOE contesta que la indemnización en los contratos temporales aumenta. Y si los podemistas sostienen que el salario mínimo profesional queda congelado, los socialistas, que insistirán en los próximos días en la supuesta pinza de Pablo Iglesias y Mariano Rajoy, replican que el documento plantea un alza de al menos un 1% en este concepto. Ciudadanos, mientras tanto, admite que ha tenido que aparcar su controvertida propuesta de contrato único, pero al mismo tiempo argumenta que ha logrado algo “muy similar” con el “contrato estable y progresivo”, que no podrá durar más de dos años, dentro de un acuerdo global que también refleja castigos a las empresas que abusen de la rotación o despidos injustificados. Este, según los ‘naranjas’, es uno de los aspectos que conviene “vender mejor ante la UE”.

El acuerdo, de 66 páginas, incorpora un plan de emergencia social de 7.000 millones (con ingreso mínimo vitalcomplemento salarial y plan contra la pobreza infantil incluidos) y deja de lado la reforma federal de la Constitución que defiende el PSOE, pero también incorpora dos disposiciones de trascendencia territorial. La primera, el compromiso de Sánchez y Rivera a “oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación”, tiene sobre todo importancia simbólica. El segundo, en cambio, relevancia práctica. Consiste en la supresión de todas las diputaciones, salvo las forales y los cabildos, que serían sustituidas por consejos de alcaldes.

LAS DIPUTACIONES, PUNTO POLÉMICO

La iniciativa, una reivindicación tradicional de C’s, es traumática para una parte del PSOE. Ya fue propuesta en el 2011 por Alfredo Pérez Rubalcaba, quien tuvo que matizarla en el programa de las generales ante las presiones de los poderosos socialistas andaluces. El partido ha estado tranquilo orgánicamente en el último mes, y el pacto con Rivera levanta menos sospechas que uno como el que proponía Iglesias (con Gobierno de coalición incluido), pero este miércoles, tres días antes de que la militancia socialista vote el acuerdo, se volvieron a levantar las críticas. Mario Jiménez, portavoz del PSOE andaluz, señaló que el fin de las diputaciones “preocupa” a su federación y no se puede “ventilar en dos renglones”, en referencia al espacio que la iniciativa ocupa en el acuerdo. Las pegas del presidente valenciano, Ximo Puig, quien tiene pacto con Podemos y gobierna en coalición con Compromís, fueron más globales. “Prefiero un acuerdo claramente progresista”, dijo.