CAMINO DE LA INVESTIDURA

Sánchez intenta desatascar el bloqueo con Podemos

Pablo Iglesias saluda a la prensa a su llegada a la reunión del grupo parlamentario.

Pablo Iglesias saluda a la prensa a su llegada a la reunión del grupo parlamentario. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Postureo, pataleta, pulso negociador o puro teatro. PSOE y Podemos escenificaron este martes en el Congreso una confrontación que pretendía ser de guante blanco y por momentos se convirtió en un espectáculo que rozó lo grotesco. Ambos partidos dicen buscar un pacto de  gobierno pero ni siquera se ponen de acuerdo en qué interlocutores tienen que sentarse a hablar. Pablo Iglesias exige reunirse con Pedro Sánchez para exponerle en persona los detalles de su documento negociador. El líder del PSOE se niega. Aduce que ya se reunió con el podemista el 5 de febrero y que ahora es trabajo de los equipos negociadores.

A última hora de la tarde, sin embargo, Sánchez trató de desatascar la situación. En un tono conciliador, el candidato socialista dijo que su partido estudiará las propuestas de Podemos y añadirá al documento del PSOE las iniciativas con las que coincida. Se crearía, así, una mezcla de los programas de ambos partidos, que podría ser el embrión de un pacto. "Me encantaría reunirne con Iglesias, pero para firmar un acuerdo. Y para eso tenemos que negociar", dijo el líder socialista.   

La cuestión de los participantes en las reuniones, reconocen en ambas partes, es "anecdótica", pero bloquea la situación. "No entendería que alguien que quiere hacer un gobierno con nosotros tuviera problemas para reunirse conmigo", adujo Iglesias, siempre con la mano tendida, pero con la voluntad inequívoca de llevar al socialista a su terreno lo antes posible. "Plena disposición por mi parte. Hoy mismo, mañana, pasado, cuando él quiera", señaló.

El absurdo rifirrafe lo protagonizaron los portavoces. Antonio Hernando explicó que no lograba localizar a su homólogo, Íñigo Errejón, para que sus equipos se sentasen a negociar. Cuando abandonaba la sala de prensa se lo encontró de bruces. Ambos sonrieron y se saludaron, ajenos al cruce de desprecios dialécticos. Entonces, en una especie de universo paralelo, Errejón explicó que ya había advertido a Hernando que el encuentro debe ser bilateral. Es más. Podemos ni siquiera tiene formada una comisión negociadora. Hasta que el PSOE no renuncie a Ciudadanos, sólo aceptarán diálogo al máximo nivel, Iglesias-Sánchez. 

TONO CONCILIADOR

En cualquier caso, más allá del pulso ante las cámaras de televisión, el tono fue conciliador, a pesar de las discrepancias de fondo que ambos partidos mantienen respecto a la consulta en Catalunya. "Estoy convendido de que podemos llegar a acuerdos y entendimientos en unos casos y en otros no, como es el tema del referéndum", apuntó Hernando. "Hemos ido avanzando y las puertas de Podemos están abiertas", aseguró Errejón, convencido de que es posible un pacto.  

A pesar de censurar duramente la actitud del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la rueda de prensa en la que presentó su documento de propuestas para negociar la formación de Gobierno, el PSOE mostró este martes su predisposición a negociar y horas antes de la rueda de prensa en el Congreso, Hernando anunció en una entrevista en Onda Cero que tenía previsto llamar por teléfono a Errejón, para impulsar la reunión entre los equipos negociadores. "Seguimos dispuestos a hablar con Podemos, a pesar de las diferencias", ha subrayado.

Hernando consideró que "se puede trabajar sobre algunas cosas" del documento presentado por Podemos. No obstante, rechazó de plano el referéndum para Catalunya, el plan de aumento del gasto público en 96.000 millones de euros (aunque se ha mostrado a favor de incrementar esta partida) y el empeño "extemporáneo y excesivo" de Iglesias por configurar el futuro Ejecutivo.

"No estamos de acuerdo conel referéndum y en eso no va a ser posible ponernos de acuerdo", añadió el portavoz socialista, antes de asegurara que, en cambio, podrán acercar posiciones respecto de la reforma constitucional que ambos partidos defienden.