LA NUEVA LEGISLATURA

El dilema de Rajoy

El rey Felipe VI y Mariano Rajoy durante uno de sus habituales despachos semanales.

El rey Felipe VI y Mariano Rajoy durante uno de sus habituales despachos semanales. / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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El  transcurso de los días y las jornadas de consulta de Felipe VI a los grupos políticos en Zarzuela constatan que Mariano Rajoy, el ganador de las elecciones y aspirante a la reelección, no tendrá apoyos suficientes para erigirse en presidente no ya en un primer Pleno de investidura, que exige mayoría absoluta, sino tampoco de un segundo donde el requisito para pasar el examen es simplemente tener más 'síes' que 'noes' entre los 350 diputados del Parlamento.

Esas mismas citas palaciegas están sirviendo para deducir que si hubiera otro aspirante a ser investido presidente -y haberlo, haylo en las filas socialistas-, cuenta como mínimo con la oportunidad de tratar de convencer a sus señorías, con independencia de si finalmente lo logra o no. Eso es lo que se desprende de las declaraciones que los portavoces parlamentarios van haciendo por goteo al término de sus reuniones con el jefe del Estado.

Así las cosas, en un PP que barrunta un horizonte agónico se ha abierto el debate (y en algunos otros partidos también hay dudas ya), sobre si Rajoy mantendrá su intención ante el Rey de ser el candidato popular a la investidura o dará un paso atrás. O si debe ser el primero en intentar conseguir los apoyos del Congreso por el simple hecho de haber vencido el 20-D, aunque el ahora jefe de la oposición, Pedro Sánchez, haya declarado públicamente que también quiere probar suerte y parta con cierta ventaja sobre el presidente en funciones.

¿CAMBIO DE PLANES PARA GANAR TIEMPO?

Rajoy será de hecho el último de los diputados que se entreviste con el monarca en esta ronda de conversaciones (que podría no ser la última). Ha sido convocado el viernes, a las cinco de la tarde. Tiene por tanto algo menos de 48 horas para terminar de deshojar la margarita y decidir si, como estaba previsto, se propone como aspirante a la presidencia o da un paso atrás ante la evidencia de que será derrotado, porque a sus 122 diputados actuales sólo es probable que se sume alguno más de los grupos minoritarios y la posible abstención de Ciudadanos, con 40 escaños.

Otra posibilidad que está en el aire es que el presidente de los populares permanezca firme en sus intenciones de ser él el aspirante a continuar viviendo en La Moncloa y, sin embargo, busque una forma protocolaria para precisamente en su reunión de este viernes con el jefe del Estado, abrir la puerta a que Sánchez pueda precederle y ser el primero en reclamar el aval del Parlamento si es quien recibe el encargo ‘real’ en este sentido.

Con esta táctica al menos Rajoy ganaría tiempo en un contexto incierto y cambiante y la posible erosión de su adversario socialista, alegan sus defensores "¿Qué beneficio tiene ser los primeros en someternos a un aquelarre en el Congreso?", se preguntan algunos de forma gráfica en las filas populares.

VISUALIZAR UN PROYECTO "OBSOLETO"

Desde el PSOE, por su lado, se insiste en que su secretario general  -que también acudirá a Zarzuela el viernes, antes que Rajoy y después de Pablo Iglesias, el líder de Podemos-, continúa apostando porque sea el ganador de las elecciones quien trate de ser investido en primer término. Cuando claudique de forma oficial, añaden, Sánchez reclamará su oportunidad. Este calendario ofrece margen a los potenciales aliados del socialista (Podemos, PNV, IU y algunos grupos minoritarios, dado que C's sólo plantea publicamente y con muchas condiciones la abstención) para preparar unas negociaciones que se prevén duras y llenas de matices.

Además, es obvio que en la sede de Ferraz conviene que el presidente del PP, por dos veces y con un margen de 48 horas, según indica la Carta Magna, se someta el primero a dos debates en los que presente un plan de gobierno que aún sin haber desvelado los detalles ya se tacha de “obsoleto”, incluso desde Ciudadanos. Por tanto, es de esperar que el resto de la oposición no le dé, siquiera por caridad parlamentaria, un respiro dialéctico. Algo que a Sánchez podría venirle bien para marcar después perfil desde la diferencia.  

LOS TRES CAMINOS 'REALES'

La pelota está pues en el tejado de Rajoy, que tiene por delante un dilema. E, indirectamente, en el del palacio de la Zarzuela. El artículo 99 de la Constitución apunta que corresponde al jefe del Estado, previa consulta de los representantes de grupos políticos “y a través del presidente del Congreso”, proponer un candidato a la presidencia. Es decir, tras haberse entrevistado con Rajoy el viernes, lo esperable es que se siente a intercambiar impresiones con Patxi López, el máximo responsable de la Cámara Baja.

Será López, por mandato constitucional, quien en los próximos días tenga que hacer público si Felipe VI opta por pedirle a Rajoy que dé el paso por ser el más votado en las últimas generales (a sabiendas de que su candidatura será rechazada); si le ofrece la posibilidad a Sánchez de inaugurar las sesiones de investidura –siempre y cuando el Rey estime que esa opción está refrendada por una mayoría- o si, como tercera vía, decide dar más tiempo a los grupos para que avancen en unas negociaciones aún inmaduras.La cuarta sería repetición de elecciones, pero esa, parece, no sería inmediata.