El Rey censura usar el cargo público para "aprovecharse"

GEMMA ROBLES / MADRID

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Felipe VI ha pronunciado su primer discurso navideño dirigido a los ciudadanos. Un estreno en prime time televisivo --también difundido via Twitter por la Casa Real-- que ha comenzado con el agradecimiento del debutante. "Quiero, en primer lugar, daros las gracias por abrirme vuestras casas en Nochebuena". Se trata del segundo mensaje más relevante de los que ha protagonizado desde que, en junio, fue proclamado Rey al abdicar Juan Carlos I. Y llegaba condicionado por la recientísima decisión de un juez de situar a su hermana Cristina en el banquillo de los acusados del caso Noos. Tan condicionado que señaló desde sus primeras palabras los tres únicos ejes de su medida intervención: la corrupción "que provoca indignación y desencanto"; la crisis económica Catalunya.

Ha admitido Felipe la "seria preocupación social" que generan estos asuntos, recomendando firmeza, eficacia y una "profunda regeneración" de la vida colectiva para poder hacerles frente. "Y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable. Es cierto que los responsables de esas conductas irregulares están respondiendo de ellas: ello es una prueba del funcionamiento del Estado de derecho", ha proclamado. Cierto es que al escuchar o leer esta frase es inevitable pensar en Cristina de Borbón, el último personaje de relevancia llamado a "responder" en los tribunales. Cierto. Exactamente lo mismo que con la aseveración del Rey sobre que no deben existir "tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública" ni utilizar ese estatus "para aprovecharse". Tan cierto como que Felipe VI no se ha atrevido a mencionar a la Infanta expresamente en su mensaje, ni a aludir a los problemas que su situación judicial crea a la Corona. "[...] Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse [...]", ha apuntado. En este contexto, ha apostado por "cortar de raíz y sin contemplaciones" la corrupción.

Ha hablado también de la crisis soberanista Felipe VI. Y lo ha hecho con más arrojo y claridad que sobre la corrupción. "Quiero referirme a la situación que se vive actualmente en Catalunya", ha especificado. Ha pasado entonces a reivindicar la Constitución del 78, ratificada "mediante referéndum", y a la convivencia que ha permitido durante décadas. "Sin duda desde Catalunya se ha contribuido a la estabilidad política de toda España y a su progreso económico [...] pero no se trata sólo de economía o de intereses, sino también y sobre todo, de sentimientos", ha aseverado un monarca que ha querido explorar el terreno emocional. "Millones de españoles llevan, llevamos, a Catalunya en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser. Por eso me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en España es adversario de nadie", ha enfatizado, añadiendo que los desencuentros no se resuelven con "rupturas emocionales o sentimentales". Así las cosas, ha demandado un "esfuerzo leal y sincero" en pro del reencuentro, con "respeto" a la Constitución y "construyendo" un proyecto de "pluralidad, ilusión y confianza".

Ha tenido tiempo Felipe VI para agradecer la "seriedad y dignidad" con que el país asumió su llegada al trono o para reivindicar el legado político de anteriores generaciones pero sin renunciar a "corregir fallos" y a adaptar la convivencia política a las "necesidades" de un nuevo tiempo. También para asumir que la economía no ha sido capaz, "todavía" de resolver sus desequilibrios --especialmente el paro-- lejos de la tesis gubernamental de que la crisis ya es "historia". Eso sí, se ha felicitado por la mejora de datos macroeconómicos pero ha instado a los agentes sociales y políticos a trabajar sin otro objetivo que el empleo. Ha exigido protección para los más vulnerables y se ha despedido con un "Feliz Navidad"en su nombre, el de la Reina y sus hijas, en todas las lenguas cooficiales.