ERC no descarta votar por Mas pese a vencerle

XABIER BARRENA / FIDEL MASREAL
BARCELONA

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La sombra de las elecciones anticipadas va creciendo conforme pasan los días y no se halla exactamente qué hacer con el 9-N, toda vez que el planteamiento inicial, la consulta legal, no será posible. CiU tiene entre ceja y ceja realizar una lista conjunta con ERC, pero no con ICV-EUiA y la CUP, los otros participantes del frente proconsulta. Los republicanos se resisten a ello, sobre todo, por que, dicen, la lista conjunta sumaría menos apoyos que la que obtendrían ambas fuerzas por separado, y de lo que se trata es de abarcar el máximo espacio posible para que, traducido en votos y escaños, se constate que hay una mayoría independentista en el Parlament que saliera de esos comicios anticipados. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, los republicanos, que están convencidos de que la exigencia convergente de la lista única nace de su desventaja en las encuestas, no descartan que, llegado el caso, si vencieran en solitario en las elecciones, pudieran hacer president presidentcon sus votos a Artur Mas en la sesión de investidura.

Se trata un pensamiento teórico, extremo, si se quiere, y que su puesta en marcha, que aún ni se ha estudiado, daría lugar a situaciones complicadas de manejar. Pero es, sobre todo, una manera de tranquilizar a la federación y su entorno mediático y de romper el marco (el frame, en lenguaje de experto en comunicación política o spin-doctor) que CiU trata de imponer desde la Diada: la unidad. Y la federación entiende que esa unidad solo se preserva con la lista conjunta con ERC.

Los republicanos se ven acorralados por ese marco y por lo que comporta, por ejemplo, que las dos entidades cívicas que empujan hacia la independencia, Òmnium y la ANC, reclamen alegremente esa lista única. Sin ir más lejos, eso fue lo que hizo Carme Forcadell, este miércoles, en Bloomberg TV. Y al mismo tiempo que ERC acusa a CiU de partidismo y de pensar solo en la supervivencia de la federación, reconoce el papel que Mas ha tenido en el proceso hacia el 9-N hasta el momento, y el tirón que tiene su persona en amplias capas de votantes. Aunque, como dicen los republicanos, en varias ocasiones ha tenido que ser «empujado porque dudaba».

Los dirigentes de ERC, cuando se ponen en lo peor (según lo ven ellos) que es que hubiere lista conjunta, anticipan ya grandes problemas desde el minuto uno, tras la segura victoria, aunque está por ver si por mayoría absoluta. ERC, agotada la vía de la consulta, desea hacer una declaración unilateral de independencia. Mas no quiere ni oír hablar de ello, y propone abrir un proceso negociado a largo plazo con el Estado. Algo que, a su vez, provoca urticaria en la piel republicana.

MALESTAR DE CDC / Mientras, en Convergència y su entorno político más directo, el malestar respecto a los movimientos de Esquerra es una evidencia. CDC alega que mientras en sus filas se está cumpliendo el mutismo sobre la estrategia para preservar la unidad, los republicanos y otras fuerzas están pensando en términos de partido. Acusación que, como se ve, es de ida y vuelta, entre convergentes y republicanos.

Mas ha reconocido públicamente que es casi inevitable un cierto grado de cacofonía en declaraciones. La clave sigue siendo si eso es compatible con mantener la cohesión interna durante mucho tiempo. En especial cuando pasan los días, la consulta sigue suspendida y todos, también CDC, miran de reojo a las posibles elecciones como alternativa.