25-N Elecciones 2012

Camacho garantiza que el PP reformará el Estado autonómico

La líder del PPC aboga por un consenso de todos los partidos

RAFA JULVE / JOSE RICO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Allá por el mes de abril, cuando el pacto fiscal monopolizaba el debate entre las fuerzas del Parlament, el PPC quiso marcar perfil en la ponencia política de su congreso autonómico planteando una «fiscalidad singular» para Catalunya. Esa sería una de las vigas maestras del «autonomismo diferencial»; un modelo remozado para enmendar elcafé para todos.En la presentación de la propuesta, el vicesecretario de acción política y económica del partido, Enric Millo, no confirmó si la cúpula del PP estatal estaba al corriente ante las pegas que pudieran poner en otras comunidades. Sin embargo, la crisis económica, las tensiones de-satadas también en Valencia y Madrid -donde gobiernos del mismo color están elevando su queja por la financiación actual- y el auge del independentismo en Catalunya han motivado que algunos de los máximos dirigentes conservadores se hayan pronunciado últimamente a favor de crear un Estado de las autonomías 2.0. Ayer, la candidata del PPC a presidir la Generalitat, Alicia Sánchez-Camacho, dio por hecho que el modelo será retocado y se mostró dispuesta a «impulsar y liderar» el nacimiento de ese «autonomismo diferencial» que «respete la pluralidad de España».

En una conferencia-coloquio en Primera Plan@, foro de opinión de EL PERIÓDICO, la presidenta de los populares catalanes intentó demostrar que su partido no se quedará estático mientras aumenta el desencanto social con un sistema al que se le empiezan a desgarrar las costuras después de tres décadas de vida. Es más, con su oferta de convertirse en abanderada de esos cambios estructurales quiso reforzar su papel de antagonista de un Artur Mas «mesiánico», a quien acusó de «tapar sus incompetencias y su falta de gestión con una cortina de humo tóxico que es el separatismo».

DISFUNCIONES Y DUPLICIDADES / Denostada la vía de la independencia (volvió a enumerar la retahíla de graves consecuencias que, en su opinión, conllevaría separarse de España) y rechazado el federalismo propuesto por el PSC, a quien acusó de haber perdido el norte haciéndole el juego a CiU con el derecho a decidir, Camacho expuso la necesidad de resolver «las disfunciones y las duplicidades» del modelo autonómico para que Catalunya «esté mejor conectada con el resto de España y con Europa». Cuando salió a colación el rechazo de su partido al Estatut que se aprobó en el Parlament y en referendo, la candidata conservadora se justificó alegando que la actual norma, la recortada por el Tribunal Constitucional, es la que cumple con la Carta Magna, de la que dijo que «no es inamovible», pero que su propuesta de cambios no implica necesariamente que sea reformada.

¿En qué consistiría entonces ese rediseño autonómico? Pues no es que la presidenta del PPC diera muchas pistas. «Hay que reconocer la pluralidad cultural española porque la diversidad nos hace más fuertes», dijo, e insistió en esa idea añadiendo que «hay que valorar la importancia de la nacionalidad histórica de Catalunya al igual que reconocer la importancia de España para Catalunya». No aclaró si eso significará que las batallas judiciales a cuenta de la inmersión lingüística en la escuela se convertirán en agua pasada.

NIEGA LA RECENTRALIZACIÓN / Lo que sí quiso desmentir Camacho es que su estrategia se dirija hacia una recentralización -pese a que algunas voces en el PP apuntan a ello-, sino que defiende que sea cada autonomía la que decida si quiere reducir o mantener sus competencias. Incluso abogó por lograr un consenso con todos los partidos, sobre todo con el PSOE, para que la reforma pueda salir adelante con éxito. A la vista queda, así, que los populares acceden a emprender cambios, pero que descartan, al menos por ahora, efectuar negociaciones bilaterales con un solo Gobierno autonómico. El planteamiento de un modelo fiscal singular para Catalunya -con una solidaridad limitada y finalista que impida que esta comunidad quede situada por debajo de otras que aportan menos fondos a la caja común- deberá discutirse en conjunto.

Con retoques de este tipo, que mejoren el modelo de financiación pero sin llegar a extremos como la Hacienda propia, los populares están convencidos de que la pulsión independentista volvería a situarse a niveles de hace «muy poco tiempo», cuando solo el 20% de la población estaba a favor del Estado propio. Pero los tiempos políticos giran ahora en torno al 25-N y a si CiU conseguirá la mayoría absoluta, algo que Camacho combatirá con uñas y dientes para que Mas se sienta más presionado. El PPC intentará que la cuestión identitaria siga en lo más alto de la campaña electoral para tratar de situar a la federación nacionalista en la radicalidad y así captar al votante más moderado. Mensajes como «CiU quiere romper lo que hemos conseguido todos los españoles juntos en 35 años» que ayer pronunció la candidata conservadora serán habituales en la semana y media que queda para la cita con las urnas.

EL PARO DEL 14-N / Hasta la huelga general de ayer le sirvió a Camacho para demonizar a Mas. Mientras justificaba los recortes del Gobierno central recurriendo a la coletilla de siempre, que no queda más alternativa debido a la herencia económica que dejaron los socialistas, acusaba al Govern de la Generalitat de castigar a la educación y la sanidad cuando podría haber eliminado «subvenciones identitarias y superfluas». El descontento de los ciudadanos catalanes con los tijeretazos, razonó por tanto la líder del PPC, debería apuntar únicamente a la gestión delpresident, a quien le reservó otro aldabonazo al reprocharle que su deriva soberanista le ha apartado de lo que tendría que hacer: gobernar. «No se notará que Mas hace huelga porque hace seis meses que tiene el país paralizado, solo hacen actos de partido», espetó.

Pero también hubo en este apartado críticas para la izquierda. «Al tripartito debería caérsele la cara de vergüenza» por secundar el paro general después de la situación en que dejaron las arcas públicas, aseveró. A su parecer, la huelga de ayer, «que no va a solucionar nada», esconde «intenciones añadidas» contra el Ejecutivo de Rajoy, cuando contra José Luis Rodríguez Zapatero «no hubo ese interés de organizarle dos huelgas pese a que había negado la crisis». Por eso aprovechó también para atizar al líder del PSC, Pere Navarro, por su «amnesia repentina» al no recordar si había trabajado o no en la huelga del 2010.

Vea el vídeo de esta

noticia con el móvil o

en e-periodico.es