Analista

Comienza la historia

XAVIER BRU DE SALA

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Triple anuncio delpresidentMas.Elecciones inmediatas. Decisión democrática de los catalanes sobre su futuro como país en una o dos legislaturas. Retirada posterior de quien se propone conducir este proceso, es decir de él mismo.

No pronunció la palabra «independencia», pero anunció que pretende poner fin a la dependencia. La consecuencia es clara y nítida, las próximas elecciones se convocan bajo el signo no del derecho a decidir sino de la decisión propiamente dicha. La composición del próximo Parlament será la clave principal del futuro. Si los soberanistas, declarados como tales en sus programas electorales, obtienen una clara mayoría, como se espera, se iniciará el proceso. Si no, aborto,Masy el proyecto que encabeza habrán fracasado antes de empezar. Hay lugar pues para las diferentes propuestas, es momento de iniciar el debate democrático, pero no para las ambigüedades o las medias tintas. O se está a favor de la autodeterminación de los catalanes, de ejercer el derecho a decidir, o se está en contra.

El eje argumental delpresidentes también explícito. Se basa en la autosuficiencia económica de Catalunya. El incremento de las exportaciones, sobre todo más allá de la UE, es una muestra, en el discurso presidencial, de la competitividad de Catalunya en el panorama internacional. El mensaje implícito es el siguiente: por nuestra cuenta, los catalanes iríamos mejor. Si añadimos la incidencia en la cultura, auténtica novedad en un discurso presidencial, obtendremos las líneas maestras de fondo.

De los cuatro requisitos para la asunción de soberanía por parte catalana, antes de final de año se habrán cumplido tres. El primero, la manifestación masiva del pasado Onze de Setembre, bautizada con acierto por este diario como Diada de la independencia, que evidenció una firme voluntad popular. El segundo, el liderazgo, queMasasume de manera decidida. El tercero, las urnas, que se llenarán de papeletas el próximo 25 de noviembre. Sin duda, el resultado será crucial. El cuarto, la constancia. Las dificultades en este proceso, en el supuesto de que el soberanismo triunfe de manera clara, serán muchas. Entonces se pondrá a prueba esta constancia, sin la cual no podrá haber continuidad en el proceso.

Los programas electorales que presenten los diferentes partidos para la cita del 25-N revisten pues la máxima importancia. Es sencillo imaginar qué dirán el PP, ERC, ICV y las formaciones menores. Ahora bien, persisten las dudas sobre el grado de definición de la estación final por parte de CiU y del PSC, las dos principales formaciones políticas. Puede que CiU se plante en el Estado propio, sin perfilar sus contenidos, o bien que vaya más allá y apueste por la independencia. Puede que los socialistas catalanes propongan una reforma de la Constitución en sentido federal o bien que acepten el derecho a decidir, o ambas cosas.

No tardaremos en saber las respuestas a estas dos cuestiones. Primero los partidos, después los ciudadanos, tienen la palabra. Comienza la historia.