Un debate recortado

La recesión hasta junio eleva la deuda hasta 43.954 millones

La indiscutible hegemonía que el discurso sobre el modelo territorial ha alcanzado en el debate público en Catalunya amenaza con monopolizar el pleno de política general y convertir en marginal la discusión sobre algunos aspectos fundamentales de la gestión del Govern de Artur Mas.

J.-M.URETA

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Los últimos datos oficiales sobre la evolución de la economía catalana apuntan a un retroceso del PIB hasta finales de junio del -0,3%, en términos intertrimestrales. En variación interanual Catalunya seguía en recesión a principios de verano, con un PIB negativo del -1,1%. Los datos son los provisionales difundidos por la Conselleria d'Economia i Coneixement. Este mismo junio, las cuentas catalanas incurrieron en un déficit de 448 millones, saldo negativo de unos ingresos de 12.261,3 millones y unos gastos de 12.709,3millones. Y Catalunya, a pesar de eso, ha mantenido su compromiso electoral de no recuperar el impuesto de sucesiones. Así, las últimas cifras acentúan el mal augurio si se completa con el recordatorio de que el Estado ya había aportado transferencias por valor de 1.700 millones, calificados de adelantos y liquidaciones de los ejercicios del 2009 y 2010. De la cifra de gastos, la que más crece es la del pago de intereses, que por si sola equivale a un gasto diario de 4,9 millones. Con todas estas operaciones paliativas por parte de la Administración central, el déficit de Catalunya en el primer semestre fue el equivalente al 0,20% del PIB. Este cuadro fue en el que el Govern basó su conclusión de que debería acudir al fondo de liquidez.

El compromiso de reducir el déficit público hasta el 1,5% del PIB, tal como requiere el Gobierno se hace cada vez más irreal a la vista del estado de las cuentas: la caída de la producción y del consumo ha llevado emparejada la reducción drástica de los ingresos tributarios, mientras que la deuda y los intereses que genera han agravado aún más las cuentas públicas catalanas.

La evolución intensa del endeudamiento de la última década es uno de los ejes del debate político. El endeudamiento se ha multiplicado por cuatro en diez años. En el 2002, la deuda pública catalana era de 10.830 millones, cifra que se mantuvo estable el primer año del Gobierno Maragall. No obstante, en el 2005 la deuda ya era de 14.544 millones y a partir del 2007, con la crisis, la cifra pasó de los 20.825 millones del 2008 a los 43.954 de junio.