El exsocio de Urdangarin intenta involucrar al Rey y a la infanta

El exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, ha remitido al juez José Castro correos electrónicos en los que el duque de Palma detalla gestiones realizadas por el rey Juan Carlos y la infanta Cristina en relación con un proyecto para crear un equipo español de vela que compitiera en la Copa América. Lose-mailsvan acompañados de un escrito del abogado de Torres, Manuel González Peeters, en el que carga contra la «inu-

sitada epidemia de amnesia que parece alcanzar» a la mayoría de imputados y testigos que han declarado ante el magistrado que investiga el presunto desvío de fondos.

Uno de los correos data del 30 de septiembre del 2007. Torres le explica a Urdangarin que había puesto en contacto al regatista mallorquín Pedro Perelló, quien le tenía al teléfono «un buen rato cada día», con la Generalitat Valenciana. Perelló estaba buscando financiación para inscribir al equipo de vela español Ayre en la 33ª edición de la Copa América, celebrada en Valencia.

El duque de Palma contestó el 1 de octubre del 2007: «No tengo noticias de Pedro más que tu correo de la semana pasada». Añade: «Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina para que me lo diga, que le llamará Camps [fuentes jurídicas indican que se refiere a Francisco Camps, expresidente de la Generalitat Valenciana] a Pedro para comentarle el tema de la base delPrada[uno de los barcos de la competición], y que en principio no habrá problema y que nos ayudarán a tenerla».

Ante este correo, el abogado Manuel González Peeters se pregunta: «¿No quedamos en que se le había pedido por parte de la Casa Real que se debía desvincular de Diego Torres? ¿No quedamos en que la esposa nada tenía que ver? ¿No quedamos en no quedamos? En fin».

EL MALESTAR / El letrado expone también el contenido de un escrito enviado por Urdangarin a Torres el 7 de octubre del 2007, en el que menciona otra intervención de la infanta Cristina en un tema relacionado con el equipo de vela Desafío Español. Su director general, Agustín Zulueta, agradece al duque una llamada y reconoce que desde que habló con la hija del Rey se quedó más tranquilo. Habían creado cierto malestar las operaciones efectuadas por Perelló para conseguir patrocinadores.

En une-mailanterior, fechado el 9 de agosto del 2007, Urdangarin comunica a su todavía socio Torres: «Hemos conseguido que el Rey se viera con Pedro para presentarle el proyecto. La reunión fue muy bien y, aparte de parecerle bien armado, ha ofrecido toda su ayuda para encontrar ayuda financiera». Sobre este proyecto, existe un mensaje de Urdangarin a Perelló: «El Rey me comenta que un amigo suyo ha hecho la gestión que le pedimos a Miguel Fluxá [presidente de Iberostar] y sorprendentemente Miguel no sabía nada del proyecto». Añade: «Por otro lado, le he transmitido la buena sintonía con el BBVA y que le iba a dar un empujón a Paco González [el presidente de este banco]».

OTRAS EMPRESAS / Las misivas revelan que Urdangarin seguía de cerca y se interesaba por el desarrollo de proyectos en común con Torres después de su aparente abandono del Instituto Nóos. En algunos de los proyectos por los que pregunta a su socio, como Madrid 2016, participó FCDIS, la tercera fundación vinculada a ambos y que dio continuidad a las labores de la extinta Nóos. En el mismo correo, de octubre del 2007, se interesa por la marcha de otras empresas que le confiaron proyectos, como Telefónica o Inditex.

Además de las gestiones del Rey y la infanta Cristina, en lose-mailsaparece el nombre de una de las hermanas del Rey en una actividades vinculada a los negocios de Urdangarin. Un correo enviado en noviembre del 2005 por el empleado de Nóos Juan Pablo Molinero sobre unos juegos europeos -proyecto encargado por la Generalitat Valenciana y que no se materializó-, incluye a la infanta Pilar de Borbón en el listado de personas con las que se mantuvo contacto. En concreto, menciona una cena a la que habría asistido la hermana del Rey, quien recientemente ordenó callar a la prensa sobre elcaso Urdangarin.