Esta crisis del Madrid es diferente

Los tiempos han cambiado y Florentino ya no podrá arreglar los problemas solo fichando

Florentino Pérez, durante su intervención de apertura de la asamblea de compromisarios

Florentino Pérez, durante su intervención de apertura de la asamblea de compromisarios / EFE

Antonio Bigatà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Florentino quiere que Zidane espabile a los actuales jugadores del Real Madrid. Los tiempos han cambiado y la fórmula tradicional de la entidad para resolver las crisis -rehacer el equipo fichando a algunos de los mejores jugadores del mundo- si no ha caducado está a punto de hacerlo.

Ahora la primera opción del 'Ser Superior del Palco de los Negocios' es que el equipo reaccione un poco y consiga por lo menos plantarle cara en la Champions al PSG. Que no sea una derrota de época. Salvar la cara, una vez parece claro que debe dar por perdida la Liga. Estamos en febrero y la posibilidad de hacer cualquier otra cosa queda aplazada hasta junio.

¿Pero podrá el Madrid repetir su vieja estrategia con éxito? Bernabeu fijó el procedimiento. El Madrid, en caso de que no lo tuviera, si no funcionaba conocía los mecanismos para conseguir el dinero necesario para fichar a quien quisiera y arreglar así las cosas. Y si no era una cuestión de pesetas también sabía cómo conseguir los necesarios apoyos políticos mafiosos para materializar esas contrataciones de otra manera, como sucedió en el 'caso Di Stéfano' cuando se lo quitó al Barça. Salvo el club catalán nadie podía competir con la Casa Blanca en las adquisiciones-capricho.

Pero los nuevos tiempos del  fútbol van especialmente contra el Real. Varios equipos de la Premier, el Paris SG y los clubs emergentes de China (es decir un buen puñado de competidores directos) son propiedad de multimillonarios árabes, norteamericanos, chinos, y rusos y están en el mercado con mucho más dinero que los madridistas. Están  interesados en este deporte espectáculo como negocio  televisivo, como palanca publicitaria de sus marcas comerciales multinacionales, o incluso, como ocurre con Qatar, para fabricar una imagen positiva de su país, algo similar a lo que buscaban años atrás en las Olimpiadas los países comunistas de Europa. Tienen dinero casi infinito y la posibilidad de ganar en todas las pujas. Neymar ya es el caso más representativo de esta nueva situación.

Partidos como 'castings'

En las últimas décadas el madridismo veía los partidos de los demás equipos como quien presencia un 'casting'. Le servían para ir seleccionando los objetivos de sus siguientes locuras. Hace unos días ya expliqué como la prensa adicta al Real Madrid planteaba la sustitución de los jugadores actuales que ya están exprimidos. Los periodistas blancos discutían sobre si Floren tenía que fichar o a Neymar, o a Mbapé, o a Kane, o a Hazard, dando por descontado que sus respectivos precios no constituían ningún impedimento definitivo.

Pero en esta nueva fase del negocio del fútbol sí que lo es: los clubs con dueños multimillonarios pueden hacer mejores ofertas que el Real a todas y cada una de las grandes figuras. El Madrid únicamente puede atraer por el relumbrón de su propia marca, como el Barça, que ha podido fichar a Coutinho porque a este jugador le interesaba más venir al Camp Nou que ganar todavía más dinero.

Estamos en tiempos-frontera en que todavía hay futbolistas con ganas de valorar más el proyecto deportivo que la ficha que les ofrecen. Pero eso va a ir a menos. De modo que si el Madrid no logra reforzarse este año con alguna gran estrella cada vez le costará más hacerlo. El Barça no puede alegrarse de ello pues también será víctima de eso. Pero a corto plazo tiene urgencias mucho menos sangrantes que las que hay en el Bernabeu. Es una pequeña ventaja.