Dos miradas

Espejo negro

Este es el futuro distópico: el choque entre la oscura realidad donde vivimos y el espejismo de un mundo maravilloso, que se fundamenta en la mentira estructural

Los actores de 'USS Callister', el episodio que abre la nueva tacada de 'Black Mirror'.

Los actores de 'USS Callister', el episodio que abre la nueva tacada de 'Black Mirror'. / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

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La realidad supera las expectativas de la distopía. Por eso, en Netflix anuncian la cuarta temporada de 'Black Mirror' con imágenes de las cargas policiales del 1 de octubre y con fragmentos de las aportaciones de Rajoy a la ciencia ficción, como lo de las máquinas que se han de fabricar para que fabriquen máquinas que no pueden fabricar máquinas. Y con una frase que dice «el futuro ya está aquí», mientras se ve como los polis, escudados en la ley, zurran a los votantes. No hay guionista de SCiFi que mejore esto, ni siquiera CâpekBradbury Asimov, que previeron como sería, más o menos, la cosa, o George Orwell, que habló del «'newspeak'» pero que no llegó a los extremos de prever que alguien que puede ir al Parlamento porque ha recibido mucho apoyo popular en realidad no puede ir justamente porque tiene demasiado apoyo popular.

El espejo es oscuro porque nos enfrenta a dilemas morales nuevos y a viejas reflexiones sobre el sentido de todo. No hay certezas, suena 'What a wonderful world' y no es una canción amable y relajante sino la banda sonora que nos aboca a censuras y represiones, a la deshumanización de los individuos sometidos a poderes que son apariencias y que, bajo un velo que dice «verdad» y «democracia», esconden destrucción y opresión. Este es el futuro distópico: el choque entre la oscura realidad donde vivimos y el espejismo de un mundo maravilloso, que se fundamenta en la mentira estructural, persistente y sistemática.