Opinión | EDITORIAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una ciudad con demasiados coches

Preocupa que en Barcelona, pasada la crisis, en el 2016 se dieran las mismas crifras de uso de vehículos privados del 2011

icoy28718147 trafico contaminacion161125174141

icoy28718147 trafico contaminacion161125174141 / periodico

La movilidad es uno de los retos más destacados de las grandes ciudades, en una apuesta por entornos más habitables que exige reflexiones y planificaciones de todo tipo, desde las urbanísticas a las ambientales, pasando por las de concienciación cívica. Barcelona no es un caso aparte y lleva planteándose la cuestión desde hace tiempo. El marco más reciente de actuación es el Plan de Movilidad Urbana (PMU), que se estableció a partir de los parámetros del 2011 y que se aprobó en el tramo final del mandato de Xavier Trias, en el 2015. Entonces, se apostaba por una reducción del uso del vehículo privado en un 21%, a tenor de las cifras que se barajaban como consecuencia de la crisis. El descenso de un 9,6% entre el 2007 y el 2011 podía hacer presagiar que nos encontrábamos en la línea correcta, pero la recuperación económica, por tímida que haya sido, ha dado al traste con las previsiones. Los datos más recientes de movilidad en la capital, referidos al 2016, nos hablan del aumento de un 3,3% respecto al año anterior, cuando ya había repuntado en un 1,7%. El resumen es poco halagüeño, porque resulta que la hipótesis planteada por el PMU (vigente hasta el 2018) no se ha confirmado. Al contrario: se dan las mismas cifras porcentuales del uso de vehículos privados en el 2011 que en el 2016 (cerca de un 26%), con el temor de que los datos del 2017 no solo no desmientan la tendencia sino que la confirmen al alza, y con el agravante de que, a pesar de la reducción del número de fallecidos o heridos graves, los accidentes en las calles de Barcelona han aumentado en un 17,6%.

En el apartado más optimista, conviene destacar la irrupción del uso de la bicicleta, con un notable incremento (un 30% en tres años), y la esperanza de que con las tendencias más recientes en el uso del transporte público y con la implantación total de la red ortogonal de autobuses se dibuje un panorama cercano a los deseos expresados en el PMU. En la futura planificación que deberá afrontarse tendrán su peso las medidas restrictivas de circulación en episodios de contaminación y la entrada en vigor de nuevas supermanzanas (hasta hoy, solo existe la del Poblenou, con un intenso debate sobre su idoneidad). Conviene insistir en una política persistente, eficaz y sistémica que priorice la sostenibilidad ambiental y el bienestar global de la ciudad y de sus habitantes.