LA LUCHA POR LA IGUALDAD DE GÉNERO

Que se note la hormona, que se esconda la neurona

Actuar, caminar y correr, sin pedir disculpas ni perdón. Se trata de eso

Cuatro azafatas con el vestuario de verano en el Godó

Cuatro azafatas con el vestuario de verano en el Godó / periodico

SÍLVIA CÓPPULO

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"Quien quiere lucir, tiene que sufrir",  nos enseñaron nuestras madres. En la vida personal y profesional. Primero, atraer físicamente. Sí al cuerpo. Y, si podía ser, que no se hiciera evidente la capacidad de raciocinio. No a la cabeza. Enseña las hormonas y esconde las neuronas.

Cuando las azafatas del Trofeo de Tenis Conde de GodóTrofeo de Tenis Conde de Godó denunciaron el año pasado a la empresa Tote Vignau y a la marca Schwepps, porque no les dejaron ponerse ni medias ni chaqueta, teniendo que llevar minivestiditos de manga corta por la pista, con temperaturas de 10 grados y lluvia, me sorprendí. Las piernas enfundadas en unas medias son más sexis. El deseo de humillarlas y cosificarlas tenía que ser brutal. Sois centímetros de carne. Y si cogéis la gripe, que os quite los mocos la abuela, debió de pensar un directivo tope guay. 

El sindicato UGT llevó el caso a Inspección de Trabajo de la Generalitat por considerarlo sexista y contrario a la protección de la salud. Ahora a cada empresa le puede caer una multa de 25.000 euros per acoso discriminatorio por razón de género en el trabajo. Me alegro. Pues claro que las azafatas constituían un anzuelo publicitario y ellas lo sabían. Pues claro que las quieren jóvenes y bonitas. Y lo son. Lo que no es tolerable es que las traten como cuerpos uy no como personas.

Esta multa llega en plena campaña de las actrices de los EEUU, que denuncian décadas de acoso sexual y vejaciones, y cuando en países como Islandia, por ley tienen que hacerse públicos los sueldos de las mujeres y los hombres, para evitar que ellas cobren menos. Son caras de la misma moneda.

Un día nuestra joven campeona motorista Laia Sanz rechazó actuar como mochilera de un corredor peor que ella. No se sometió a esa humillación. Perdió un contrato importante, pero hoy la vemos competir en el Dakar con los mejores del mundo.

Actuar, caminar y correr, sin pedir disculpas ni perdón. Se trata de eso.