LA CLAVE

¡Bienvenidos al circo!

Rato, ayer, durante su comparecencia en la comisión del Congreso.

Rato, ayer, durante su comparecencia en la comisión del Congreso.

Olga Grau

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el 2012, el PP hizo uso de su mayoría absoluta (186 diputados) para rechazar cualquier investigación sobre los orígenes de la crisis en España. Tras las elecciones de junio del 2016, el PP quedó en minoría (137 escaños) y no tuvo más remedio que asumir, por estética, diversas iniciativas de la oposición (PSOEERC y Compromís, y Podemos) que pedían depurar responsabilidades de políticos y banqueros en la mayor debacle de la historia de España. Pero no fue hasta febrero del 2017, (¡cinco años después del rescate de Bankia!), que hubo unanimidad en el Congreso para crear una comisión de investigación.

La primera iniciativa del PP en la comisión consistió en bloquear, con la abstención de PSOE y Ciudadanos (¡sorpresa!), la comparecencia de los expresidentes del Gobierno José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Se rechazaron también las comparecencias de la presidenta del Santander, Ana Botín; del BBVA, Francisco González, y de CaixaBank, en su momento Isidre Fainé; así como de los presidentes de las constructoras ACS y Grupo Villar Mir, Florentino Pérez y Juan Miguel Villar Mir, respectivamente. Se pactó, además, una fórmula en la que el compareciente acude a la comisión con su discurso preparado y no se aceptan preguntas.

La estrategia del PP y PSOE de tapar las vergüenzas es obvia y éticamente reprobable. Más grave es el apoyo de Ciudadanos, el partido que presume de luchar contra la corrupción y luego la ampara. La comisión se ha convertido en un circo que permite que un personaje como Rodrigo Rato, condenado por las tarjetas black, pendiente de juicio por la salida a bolsa de Bankia y con causas judiciales por haber ocultado fondos en paraísos fiscales, acuda con  un discurso de tono altanero a acusar a todo el mundo y no responder a nada.

La comisión permitirá que los responsables políticos de la crisis, como Elena Salgado o Pedro Solbes, vayan pasando uno a uno a dar sus puntos de vista o a vengarse de sus enemigos políticos. Un espectáculo lamentable que nada tiene que ver con la depuración de responsabilidades. Esta comisión solo servirá para perder tiempo y dinero. Y para que el PP y PSOE, con la indispensable ayuda de Ciudadanos, se limpien la conciencia.