Intangibles

Vendo abeto rosa invertido

Compras navideñas en el Portal de l'Àngel de Barcelona.

Compras navideñas en el Portal de l'Àngel de Barcelona.

Gerard Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Debemos aprender a mirarlo todo desde el punto de vista del consumidor", proclamaba el economista francés Frederic Bastiat. Un liberalismo económico que confía en que el consumidor, su comportamiento de compra y su confianza en la situación económica determinan cómo evolucionará la economía. Y un excelente termómetro de la confianza del ciudadano en la sociedad y el sistema en el que convive es su nivel de consumo.

Llegados a diciembre, un período que supone más del 60% de las ventas anuales de perfumes y juguetes, siempre es útil para muchas empresas productoras o comerciales revisar cual es la confianza que los españoles tenemos en la situación económica y general del país. Para ello elegimos diseccionar cómo afrontamos este año el más emblemático de los productos navideños: el árbol de navidad. Una compra que habitualmente está en más del 50% de los hogares españoles.

Un primer grupo de ciudadanos realizarán un consumo basado en valores: no comprarán abeto y pasarán a especies mediterráneas como son los madroños o las encinas que podrán replantarse y sobrevivir. Algunos lo habrán tenido plantado en el jardín todo el año por tal de evitar ir a un vivero a comprar un abeto que ha gastado durante años agua, energía, pesticidas e insecticidas. Aunque dos millones de árboles igualmente irán semanas después a la basura o serán triturados como abono. Para evitarlo, muchos apadrinan un árbol en el bosque, lo dejan allí sin tocarlo para que siga creciendo, y solo gastarán gasolina varios fines de semana para verlo crecer.

Un segundo grupo optaremos por árboles artificiales, petróleo transformado en China en algo parecido a un abeto. Aquí se está produciendo una gran tendencia este año: más de 13.000 imágenes de abetos rosas lo están petando en Instagram con el hashtag #pinkchristmastree, con un aumento del 615% en las búsquedas de árboles rosas en eBay.

Todos buscaremos en las redes sociales cómo estar a la última. Google nos muestra cual es la tendencia complementaria al color rosa: simplemente, cuelgue el árbol del techo, y por unos cientos de euros ya será el más cool. O bien, cómprelo en Polonia y que se lo traigan por dos mil kilómetros de carretera, como ha hecho el Vaticano. O haga como los suecos, evite el árbol y compre toneladas de luces. O apueste por los escarchados, o los fríos, o los calientes.

Por último, consultemos a los creadores de tendencias. Cuatro millones largos de visionados en twitter de la decoración navideña de Melania Trump: simplemente, en su primer año en la Casa Blanca, se ha venido arriba. Un abeto de seis metros que ha definido románticamente como "bueno y bonito". Árboles de todos los colores y tamaños por toda la casa.

Dice el estudio anual de la consultora Deloitte que esta Navidad gastaremos un 3,3% más y ya seremos el primer país en intención de gasto en Europa. Consumimos porque tenemos confianza en la sociedad. ¿Y por qué negarse a tener un árbol de Navidad rosa e invertido colgado del techo?