TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Ahed Tamimi

En los territorios ocupados se dan cada día situaciones de violencia que afectan a muchos menores palestinos, al menos 300 están encerrados en cárceles israelís

Ahed Tamimi se encara a soldados israelís, en Nabi Saleh, en mayo.

Ahed Tamimi se encara a soldados israelís, en Nabi Saleh, en mayo.

Joan Cañete Bayle

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Ahed Tamimi. 16 años. Durante una manifestación en contra de la decisión de Donald Trump de reconocer Jerusalén como la capital de Israel se encaró con un soldado israelí equipado con casco, chaleco y arma en su aldea de Nabi Saleh. Lo abofeteó en la cara, lo golpeó. Ahed, pese a su juventud, es una conocida activista en su pueblo, donde cada viernes hay protestas, a las que ella acude desde los nueve años. Su padre, Bassem, conoce muy bien las cárceles israelísBassem, y fue declarado en el 2012 «prisionero de conciencia» por parte de Amnistía Internacional. Días después de que Ahed abofeteara al soldado, un aparatoso dispositivo militar israelí se desplegó en su aldea. Asaltaron la casa y se llevaron a Ahed. Al día siguiente, cuando su madre se personó para estar presente en su declaración, fue arrestada. Ayer fue detenida su prima Nor Naji TamimiNor Naji TamimiNaftali Benent, ministro israelí de Educación, opinó que Ahed debería terminar su vida en prisión. 

Mohamed Tamimi. 14 años. Poco antes de que Ahed abofeteara al soldado, su primo Mohamed participaba en las protestas en Nabi Saleh. Fue herido con una bala de goma disparada por los soldados. El proyectil le impactó en el rostro, le rompió la mandíbula, se quedó en la cabeza. Fue operado durante seis horas  y los médicos temen las secuelas que le dejen las heridas en la vista y el oído. 

Fawzi al Junaidi protagonizó la foto más viral de las protestas anti-Trump en Jerusalén. Se le veía esposado, los ojos vendados, custodiado por más de 20 policías de fronteras israelís. Tiene 16 años, y su familia dice que no participaba en las protestas. Pasó a disposición judicial con aparatosas heridas causadas en su detención. Afronta ahora cargos de lanzar piedras a los soldados, por los que puede ser condenado a varios años de cárcel. Según datos de la oenegé Defense for Children International Palestine, más de 300 niños palestinos se encuentran en las prisiones israelís.

El lavacoches sin piernas

Ibrahim Abu Thuraya. 29 años. En el 2008 perdió las dos piernas y el riñón en un bombardeo israelí en Gaza durante la masiva operación militar 'Plomo Fundido'. Durante el mismo día de manifestaciones en contra de la decisión de Trump, murió por tiros de los soldados israelís en la frontera entre Gaza e Israel. El periodista israelí Gideon Levy escribió que, una de dos: o el soldado le disparó a propósito o bien disparaba al bulto contra la manifestación. Lo que es obvio es que este lavacoches sin piernas de la cintura abajo, desarmado, no suponía un peligro para nadie.

Cuando Trump anunció su decisión sobre Jerusalén, corrieron ríos de tinta sobre el temor al estallido de una tercera Intifada y del inicio de un nuevo ciclo de violencia. Lo que expresaban esos titulares era, en realidad, el temor de un estallido de violencia contra Israel. Porque en los territorios ocupados se dan a diario situaciones de violencia, todo tipo de violencia, como la que sufrieron Ahed, Mohamed, Fawzi e Ibrahim. Se trata de una gran red de violencias que vulnera todo tipo de derechos fundamentales, tronca vidas, encarcela a niños, y mata. Y no merece apenas atención. Trump no es el único que reconoce y admite según qué en los territorios ocupados.