Unos Goya plurilingües

Por lo menos en el mundo del cine, se imponen la sensatez y la meritocracia

Fotograma de 'Estiu 1993'.

Fotograma de 'Estiu 1993'. / AVALON

Ramón de España

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De las cinco películas con más nominaciones a los premios Goya, dos están rodadas en castellano ('El autor', de Manuel Martín Cuenca, 9, y 'Abracadabra', de Pablo Berger, 8), una en euskera ('Handia', de Jon Garaño y Aitor Arregui, 13), una en catalán ('Estiu 1993', de Carla Simón, 8) y una en inglés ('La librería', de Isabel Coixet, 12). 'Estiu 1993' fue la elegida para representar a la industria española en los premios de la academia de Hollywood y, lamentablemente, no ha pasado el primer corte, pero, en su momento, nadie puso el grito en el cielo por el hecho de que la aspirante española a los Oscar no estuviese rodada en el idioma común. De la misma manera, no ha habido rebote alguno por parte de nadie ante una película rodada en euskera y otra en inglés a la hora de las nominaciones. Lo cual debería llenarnos de alegría porque demuestra que, por lo menos en el mundo del cine, se imponen la sensatez y la meritocracia: a ver si cunde el ejemplo en otros sectores. Y a ver si ciertos representantes del mundo del cine piensan un poco antes de hablar.

Debería haberlo hecho la productora Isona Passola cuando, hace unos días, creo que en un mitin de Junts per Catalunya, aseguró solemnemente que de España solo nos llega miseria social, política y moral. Se olvidó de añadir que a ella le han llegado otras cosas de España, como la pasta que aforaron TVE y el Ministerio de Cultura para sus dos últimas producciones, 'Pa negre' e 'Incerta gloria', dirigidas ambas por el mallorquín Agustí Villaronga. Por esta última, Passola recibió 600.000 euros del ministerio y 800.000 de TVE, sumas nada desdeñables, sino más bien fundamentales a la hora de levantar la película. Se puede ser independentista, digo yo, sin necesidad de morder la mano que te alimenta y comportarse con altiva ingratitud. Y, por cierto, espero que no haya olvidado que 'Pa negre' fue el largometraje elegido hace pocos años por la Academia española para ir a los Oscar. No me parece que el odio de los españoles hacia los catalanes en general y la señora Passola en particular sea especialmente virulento.

Siempre habrá tarugos que odien a España o a Cataluña, pero creo que nuestra Academia cinematográfica está haciendo lo que puede por desmontar tópicos y normalizar en la pantalla lo que es normal en la vida real de este país.