UN NUEVO CASO DE DOPAJE

El ciclismo, en eterna sospecha

Froome ya es un tramposo en la calle. Además, no es español y es ciclista

Chris Froome, en un reciente entrenamiento con su equipo, el Sky.

Chris Froome, en un reciente entrenamiento con su equipo, el Sky. / periodico

Mónica Marchante

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Seguí la 18ª etapa de la Vuelta a España entre Suances y Santo Toribio de Liébana con la ilusión de mi primera vez, desde un coche en carrera, sintiéndome una auténtica privilegiada al ver pasar por mi ventanilla a los ciclistas, escuchando el buen ambiente en la neutralizada, comprobando que algún corredor se descolgaba incluso en esos primeros minutos, asistiendo a la batalla por entrar en la numerosa fuga que solo se formó cerca del kilómetro 60 de carrera, disfrutando con el homenaje que le hacía ese día la afición cántabra desde sus cunetas a Contador kilómetro a kilómetro, pueblo a pueblo, curva a curva recordando su gesta de años atrás en la Collada de la Hoz,  tragando saliva cada vez que Alberto parecía responder a cada pancarta con un arreón de los suyos, comprobando que el líder, Froome, sonreía ese día y llegaba con fuerzas a las rampas de Santo Toribio como para saltar y arañar unos segundos preciosos al segundo en la general, Vincenzo Nibali.

Desde este miércoles, ese líder que acabó ganando la Vuelta por primera vez ya no es el mismo ante los ojos de la gente. Muchos le han condenado ya. Otros sienten que han confirmado sus sospechas ante la aplastante superioridad del ciclista británico en los últimos cinco años.

Poco importa que de momento el ciclista no haya sido suspendido y mucho menos que la sustancia cuyo límite permitido parece haber rebasado el corredor del Sky sea un broncodilatador (Ventolín) que cualquier ciudadano suministra a sus hijos cuando sufren una bronquitis y que la propia UCI permite por prescripción médica en cantidad limitada. Qué más da.

Condenado

Froome ya es un tramposo en la calle. Además, no es español y es ciclista. Los pilotos de motos, sin ir más lejos, se infiltran para correr y son ídolos, sacrificados, gente dura.  Las agujas están totalmente prohibidas en ciclismo: un corredor que sufra la picadura de una avispa en carrera y sea alérgico, por ejemplo, tendrá que retirarse si quiere recibir un antihistamínico en vena. Le pasó a Nibali hace unos años en la Vuelta y la UCI no permitió que se le tratase. En la NBA no hay controles y los cuerpos de los jugadores se transforman sin disimulo en pocos meses. Nadie pone el grito en el cielo.

Es un largo debate el del dopaje. Es necesario combatirlo firmemente pero sin fanatismos ni dobles raseros. Admiro el sacrificio del ciclista los 365 días del año, gente que se juega la vida y que suele andar en bici durante el resto de su vida. El pasado negro obligó en su momento a tomar medidas drásticas que ningún otro deporte soporta. Los ciclistas, entre otras cosas, deben notificar dónde duermen cada día de su vida deportiva.

Aún así, poco o nada ha cambiado en la calle. Contador no encuentra patrocinador nacional para su equipo. Con este golpe le va a resultar imposible. Una pena.