EL SORTEO DE LA CHAMPIONS

Tentar a la suerte

El Barça no debería emprender un cambio de centrales a media temporada

Iniesta y Mascherano, uno que se queda y otro que se quiere ir.

Iniesta y Mascherano, uno que se queda y otro que se quiere ir. / periodico

Sònia Gelmà

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Dicen que la suerte es para quien la busca. Y el Barça la buscó: quedó primero de grupo para evitarse los rivales más fuertes. Sin embargo, se encontró con el Chelsea. El Madrid, en cambio, sabía de antemano que había jugado con fuego tras quedar segundo de grupo, y por eso, no puede lamentar que saliera la bola del PSG. Vistos los méritos de unos y otros en la primera fase, se puede decir que el Barça tuvo peor suerte o, al menos, más inmerecida.

Las dos eliminatorias resultan apasionantes desde fuera, aunque a priori la del Barça promete menos goles que la del Madrid, tanto a favor como en contra. El rival del Madrid es más potente que el del Barça, y sin embargo, aparentemente es más cómodo jugar contra los de Emery que contra los de Conte. De hecho, este Chelsea tiene poco que ver con aquel equipo que eliminó al Barça en el último año de Guardiola, pero su estilo rocoso y defensivo da la misma pereza que aquel.

En cualquier caso, dice el tópico que pronosticar el favorito en diciembre es atrevido, porque los momentos de juego varían y los equipos en febrero serán diferentes a lo que son ahora. Para empezar, tanto Barça como Madrid acudirán al mercado de invierno. En el caso de los blancos, para fichar un portero y veremos si un delantero que les haga olvidar a Morata. El Barça también quería reforzarse este enero, pero eso era antes de comprobar la humanidad del club. Ya no está tan claro que este mercado no acabe siendo otra piedra en el camino de Valverde.

El club pensaba incorporar talento ofensivo en este mercado de fichajes, y ahora también debe buscar un parche para solucionar la salida de Mascherano. Justo en la posición que no se reforzó en verano para no alterar jerarquías. Cuatro meses más tarde, accederán al deseo -comprensible aunque egoísta- del central argentino. Ante esta nueva política humana del club, parece innecesario que fijen cláusulas de rescisión. Valverde es tan comprensivo como sus dirigentes, pero con un mensaje claro: "Como todos los equipos, lo que el club pretende en el mercado de invierno es reforzarse, no debilitarse". Una evidencia, o un aviso para los que gestionan.

El Barça tienta la suerte con un cambio de centrales a media temporada. Es una apuesta de riesgo. Que llegue un central que garantice el mismo rendimiento que Mascherano sin tiempo de adaptación parece complicado, pero quién sabe, quizá la fortuna les sonría. La bola está en el bombo, esperemos que la mano inocente acierte, aunque haya pocas probabilidades.