Ventana de socorro

Hijo, monos y castillos

La película de Gustavo Salmerón sobre su madre rezuma humor, optimismo y vitalidad

Proyección en una de las salas de los cines FULL HD de Cornellà.

Proyección en una de las salas de los cines FULL HD de Cornellà. / periodico

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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Tengo muy claro lo que quiero contarles. Es más, tengo la seguridad de que me lo van a agradecer. Tienen que ir corriendo a ver 'Muchos hijos, un mono y un castillo', la maravillosa película que el actor Gustavo Salmerón con mucha paciencia ha ido haciendo a lo largo de varios años sobre su madre, Julita.

Al contrario de lo que ocurre en el cine y la televisión recientes, donde los personajes femeninos han ido desapareciendo del mapa (ver el estudio de Aisge del que informaba este diario hace 15 días), Salmerón hace de su madre la completa protagonista de su relato. Es verdad que generalmente creemos que, para bien o para mal, nuestras madres son únicas y que sus manías, defectos, aciertos y obsesiones mayores que los de las otras madres, pues a nadie conocemos tan bien como a la autora de nuestros días. A pesar de ello una de las fortalezas de esta película es que Julita es mucho más que una madre; no está en función de nadie, sino de sí misma para presentarnos un mundo y una visión de la vida propios. Salmerón se retira del foco para dejar campo libre a Julita, la mujer, con la ventaja de que, al ser su hijo, todos los personajes se muestran cómodos y naturales.

Niña de posguerra

Al ver la película una piensa que si, en lugar de ser mujer y perteneciente a esa generación, Julita hubiera nacido hombre en otro tiempo, hubiera encontrado el modo de canalizar su desbordante imaginación y toda esa energía creadora en algún oficio artístico, pero Julita era mujer, fue niña en la posguerra y lo que sí tuvo es el tino de elegir un marido que resultó un compañero estupendo para la realización de muchos de sus desorbitados proyectos.

Nos gusta reconocer en las extravagancias de Julita nuestras propias fantasías domésticas, las que nunca nos hemos podido permitir. Julita las realiza llevadas al extremo. La película por eso rezuma, además de enorme humor que nos hace reír a carcajadas, optimismo y vitalidad: los que nacen de la libertad para ser como uno quiere en todas las circunstancias. No se la pierdan.