Pequeño observatorio

La violencia de nuestra especie

No soy un lingüista, pero pienso que la idea de violencia está vinculada a violación

Manifestación contra la violencia machista, el 25 de noviembre pasado en Barcelona.

Manifestación contra la violencia machista, el 25 de noviembre pasado en Barcelona. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Lo leo en el diario: la violencia machista ha matado a un niño. Esto ha pasado hace poco en Alzira, pero hay que admitir que no es un caso único. ¿La causa? Tristísima. Un padre quiere hacer daño a su mujer y descarga la rabia contra la criatura. Incluso duele contarlo. Una niña de 2 años asesinada con un arma blanca. ¿Podemos imaginar aquel momento en que la niña ve que su padre se le echa encima para darle una cuchillada que será mortal?

Nacho Herrero, desde Alzira, explica en EL PERIÓDICO que nadie entiende por qué se ha producido esta atrocidad. Pero hay precedentes, la pobre Maia es el octavo menor asesinado este año en España. Y Àngels Gallardo explica que los hijos son las principales víctimas de la violencia o el maltrato en una pareja, según afirma la psicoanalista Laura Kait.

Sería una exageración decir que nuestra sociedad está enferma, pero en algún momento de la evolución de nuestra especie apareció esta agresividad física y social, y sobre todo consciente de la producción de daño.

En la lengua de los árabes, un asesino se caracterizaba por ser un bebedor de narcóticos, y también por ser alguien que recibía dinero por matar a una persona. ¡Qué tristeza y qué angustia que un hombre mate víctima de su propio desequilibrio! ¡Qué pasión tan fructífera puede ser la pasión amorosa, la pasión artística, la pasión por ayudar a los desvalidos!

Pero la violencia no tiene más justificación. No soy un lingüista, pero pienso que la idea de violencia está vinculada a violación. Violar una norma que ha sido públicamente aceptada. Violar la correspondencia debe haber perdido actualidad desde que la tecnología ha abierto muchas ventanas. Pero aún podemos hablar de violación del domicilio, de la intimidad... Ya no hablo de la información que se obtiene a través de una red.

Pero los hijos pequeños son, para una madre, un territorio inviolable.