Tensión en el Sudeste asiático

China frena un ataque a Pyongyang

Pekín, Moscú y Seúl bloquean las ansias belicistas del líder estadounidense contra el régimen de Corea del Norte

Donald Trump, su esposa, Melania, y Xi Jinping, en la Ciudad Prohibida de Pekín.

Donald Trump, su esposa, Melania, y Xi Jinping, en la Ciudad Prohibida de Pekín. / periodico

GEORGINA HIGUERAS

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Donald Trump pretendía con su actual gira asiática sellar la triple alianza EEUU-Japón-Corea del Sur para acabar con el régimen de Kim Jong-un pero, justo antes de emprender el viaje, China segó la hierba bajo sus pies y alcanzó un acuerdo con Seúl que conforma, junto a Rusia, una triple entente contra un ataque preventivo a Corea del Norte. Muchos analistas situaban ya en el 50% la posibilidad de una acción militar para aplastar a un régimen que insiste en incrementar su arsenal nuclear y desarrollar misiles balísticos, mientras grita que bañará en sangre a EEUU.

Las consecuencias de una guerra, sin embargo, serían tan devastadoras para Corea del Sur que su presidente, Moon Jae-in, se ha situado en el frente antibelicista, pese a que EEUU garantiza la defensa surcoreana y tiene estacionados en ese país a 28.500 soldados.

De momento, se ha dado otra oportunidad a la diplomacia para hacer entrar en razón a Kim Jong-un, a quien Trump lanzó otra andanada verbal durante su discurso en el Parlamento surcoreano.  Su país «es un infierno que nadie merece», dijo tras advertirle de que el «arsenal nuclear no le hace más seguro, sino que por el contrario está poniendo su régimen en un grave peligro».

Aunque muchos analistas coinciden en que, tras años de sanciones económicas, Corea del Norte está muy debilitada y «no tiene ni alimentos ni municiones suficientes para aguantar un mes de guerra», también destacan que su capacidad de combate en los primeros días sería tan brutal que podría causar «cientos de miles de muertos» en el Sur y hasta decenas de miles en Japón e incluso en EEUU. Sus vecinos no solo temen un ataque nuclear, sino también su arsenal de armas químicas y bacteriológicas. 

Analfabetos tecnológicos

No es de extrañar así que Seúl haya dejado colgado a Trump. A la tragedia humanitaria que supondría el aventurerismo militar, hay que sumar la debacle económica que acarrearía no solo por la guerra sino porque, tras el colapso del régimen, Corea del Sur tendría que reunificar la península y absorber una sociedad analfabeta tecnológicamente, ya que la casi totalidad de los 23 millones de norcoreanos no ha entrado en la era digital.

China y Rusia emitieron en julio un comunicado sobre su «oposición absoluta» a una intervención militar, pero las pruebas con dos misiles que sobrevolaron en agosto y septiembre el territorio japonés y las amenazas de Piongyang a la isla de Guam y al territorio continental de EEUU, llevaron a Washington a barajar seriamente un ataque, que ahora, sin el apoyo de Seúl, sería más difícil. 

Escudo antimisiles

La triple entente ha sido posible porque el presidente Moon se ha comprometido a no instalar más baterías del escudo antimisiles conocido como THAAD. Pekín congeló las relaciones con Seúl en abril cuando, pese a su radical oposición, se desplegaron en Corea del Sur las primeras unidades del escudo. China considera que esos potentes radares penetran cientos de kilómetros en su territorio y debilitan sus defensas.

Trump se lleva contratos millonarios de venta de armas y tal vez la convicción de Kim Jong-un de que es la última oportunidad para alcanzar el ansiado acuerdo de paz Corea del Norte-EEUU pendiente desde 1953.