Nada mejor que un buen enemigo

El presidente de EEUU, Donald Trump, en el transcurso de su comparecencia sobre el pacto nuclear con Irán.

El presidente de EEUU, Donald Trump, en el transcurso de su comparecencia sobre el pacto nuclear con Irán. / periodico

Rafael Vilasanjuan

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Donald Trump vive obsesionado con desmontar los logros de su antecesor, pero cada vez que lo prueba acaba chocando con una realidad obstinada y a cada intento el legado de Obama, considerado tibio por muchos, emerge mas relevante. Mientras continua la batalla por desmontar a piezas el 'ObamaCare' o dejar sin protección a los hijos de inmigrantes "soñadores",  que han pasado casi toda su vida en Estados Unidos, Trump abre un nuevo frente con Irán, rechazando el acuerdo que en 2015 frenó su carrera nuclear.

El que durante la campaña definió como "el peor acuerdo jamás negociado" regresa a la palestra para agitar la inquietud global de una nueva escalada nuclear ¿Por qué romper ahora con Irán? En principio no hay evidencia de que no esté cumpliendo con su parte. Excepto cierta reticencia a que se revisen algunas instalaciones militares donde el régimen de los ayatolás asegura que no hay ni material ni actividad nuclear, nada hace pensar que Irán continúe su escalada. Pero Trump considera que las sanciones que se retiraron no se justifican con los pasos dados por el Gobierno de Teherán y que, a la sombra de ese acuerdo, Irán avanza en Oriente Medio.

Cierto, la influencia e implicación de Irán en apoyo al Ejército de Bashar el Assad en Siria, a las milicias chiís en Irak, a las de Hezbollah en Líbano o a la minoría chií en Yemen, revelan que en el mapa de Oriente Medio, tal vez el más complejo del mundo, no solo tiene un papel relevante, sino que difícilmente haya salida a uno solo de estos conflictos sin tener en cuenta las voces que vengan de Teherán.

Pero teniendo en cuenta que todos estos frentes estaban en marcha cuando se alcanzó el acuerdo ¿a qué vienen ahora nuevos vientos hostiles? A pesar de que Trump era muy escéptico con Arabia Saudí, el principal rival de Irán por el control de Oriente Medio, desde que llegó a la Casa Blanca, la influencia de los emiratos y de Israel entre sus asesores políticos y sobre todo de su yerno Jared Kushner, han ido haciendo mella en el presidente hasta simplificar la ecuación y señalar a Irán como el único enemigo en la región mas convulsa del mundo.

Un primer paso

Vivimos tiempos líquidos en donde la primera potencia mundial ya no está sola, tal vez eso nos salve. El acuerdo nuclear con Irán no solo compromete a EEUU, lo firmaron también Rusia, China, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Aunque solo sea porque sin el apoyo de los países europeos sería difícil regresar a las sanciones, Trump solo ha dado el primer paso de rechazar el acuerdo y enviar al Congreso la responsabilidad con un mensaje combativo para recuperarlas.

En un momento de confrontación dentro de sus propias filas,  tal vez le baste un punto de encuentro antes de seguir. Los republicanos son tradicionalmente hostiles con Irán y con este tipo de acuerdos multilaterales. Nada mejor que un buen enemigo para conciliar apoyos perdidos, aunque sea a costa de abrir un frente inactivo en el corazón de la región mas conflictiva del planeta.