Imaginemos que Kim nos bombardea

Surrealista y tremendista encuentro en Polònia (TV-3). Mariano Rajoy (Queco Novell) se ha reunido con Kim Jong Un (Cesc Casanovas) y le ha pedido que le ayude y que bombardee Catalunya con un pepino nuclear. El argumento de Rajoy era de holocausto total: aunque sabe que la bomba acabará con la humanidad, se consolaba pensando que el problema catalán también quedará liquidado. O sea, lo que los polacos transmiten es que el presidente español está desesperado. Vale, forma parte del relato de la casa. No obstante, han añadido un epílogo meditable. Después del pepinazo nuclear resulta que solo han sobrevivido las cucarachas, y Polònia nos ha enseñado a dos como representantes de la totalidad: una llevaba barretina y gritaba «¡Quiero votar!»; y la otra, con tricornio, contestaba: «¿Qué pone tu DNI?». Es decir, cuando todo haya sido arrasado y solo queden cucarachas, tranquilos, que el enfrentamiento seguirá. ¡Ah! No se si este gag es para animar al personal, pero aliviar, no alivia nada. Como programa de humor y sarcasmo Polònia descarga ahora su sátira, en buena medida, sobre un lado del campo de batalla. Pero todavía alberga destellos de ecuanimidad. En este capítulo, el mensaje final del president ha sido construido acentuando el patetismo ante el temor de lo que quizá vendrá. En su habitual alocución advierte a la ciudadanía: «Nos quitarán la autonomía, ¡pero ganaremos el relato! Como en 1714, que nos arrasaron, ¡pero la de libros y novelas que hemos hecho!». ¡Ah! Es de agradecer que los polacos todavía cuiden un poco el equilibrio y repartan la dentellada.

LA DROGA Y LOS INTELECTUALES MALOS .- En el otro programa, Està passant, que es de la misma factoria que Polònia, equilibro no hay. Es programa de trinchera. Esta semana Toni Soler habló de los dos manifiestos: el de los intelectuales y artistas contrarios a este referéndum, y el de los científicos a favor. Y nos dijo: «Yo intentaría ir con los científicos. Piensen que unos saben sintetizar droga, mientras que los otros lo que saben es consumirla». O sea, los artistas e intelectuales contrarios a la causa van colocados, por decirlo suave. Hombre, conozco a Toni Soler. No es precisamente un insensato. Espero que todo esto acabe pronto y las perdigonadas, en lugar de ser de plomo, vuelvan a ser de sal.