Cerco al 1-O
Hacer de todo, menos el ridículo
En un conflicto político, la solución debe ser política y no se puede cargar en los hombros de la ciudadanía responsabilidades generadas por cobardía de otros
Afra Blanco Rodríguez
Sindicalista
AFRA BLANCO RODRÍGUEZ
"En política se puede hacer de todo, menos el ridículo". Ya lo decía Tarradellas. Personalmente tengo la percepción de ser parte como catalana de un Sálvame Deluxe Special Catalonia. Hoy, términos como 'Estado de derecho' o 'Responsabilidad' inflaman 'shares'. Y yo, quiero ser 'esquirol' por primera vez en mi vida en esta más que acalorada lucha.
A usted, lector, me une una realidad demoledora: somos civiles. Civiles que, por defecto y 'a priori', no tenemos otra que 'someternos' a las leyes, pero ellos tienen un poder en el Estado de derecho que puede mover montañas, el diálogo. No entiendo pues como frente a un conflicto político los que 'sí pueden' opten encima por 'pervertir' la que para mí sería la última vía. Estado de derecho que además debe garantizar derechos fundamentales y no puede en ningún caso primar unos por encima de otros por intereses meramente mercantilistas.
Solución política
En un conflicto político, la solución debe ser política y no puede cargar en los hombros de la ciudadanía responsabilidades generadas por la cobardía que radica enmascarada detrás el juzgado nº 13. Lo siento, no vestiré palabras para quien no viste acciones. Piden responsabilidad hacia el 1-O, ¿a quien se la piden?Entiendo a la juventud catalana instada a 'hacer las Américas' y los padres y madres que los ven marchar con títulos bajo el brazo por falta de pan en el otro brazo. Al hombre de 60 años que ha sido despedido con una más que reprobada reforma laboral, estéril inversión la del obrero que tras dar sus mejores 40 años de vida al patrón este le olvidó demasiado pronto por culpa de un talón firmado con demasiado color político. A la mujer que hoy 'no cumple el perfil' para trabajar en el maravilloso sector servicios pues parece que 'la talla vale más que la maña'. A las manos de quien les hace la cama de la 'suite' por tres euros. A nuestros bomberos, personal sanitario y maestros, a nuestros funcionarios...
Nos piden responsabilidad a los sindicalistas, el único bastión vivo entre su arrogancia política y la clase trabajadora tras la reforma laboral, la 'ley mordaza', aplicaciones del 155 del Código Penal, la LOMCE ...
A nosotros, que vemos nuestros convenios caer, nuestros trabajos temblar, nuestras prestaciones agotarse, nuestros alquileres aumentar, nuestras jubilaciones enterrarse, las pequeñas empresas cerrar...
¿Qué hacen?
Sí a usted y a mí nos piden responsabilidad, entonces ellos en este Estado de derecho, ¿qué hacen? Parece que nuestro esfuerzo nunca es suficiente a los ojos de un neoliberalismo abrumador que ve pero no quiere escuchar nuestro sentir o, sin ir más lejos, el de la Cámara baja que horas antes del fatídico día rechazó las medidas del PP hacia Catalunyaña.
Es por eso que más allá de si somos independentistas, unionistas, federalistas, de si queremos o no el 1-O, deseo que entendamos que esto no va de bandos. Somos nietos, hijos, somos conquistadores de un Estado de derecho que lo está dejando todo por hacer. Tanto es así que por no hacer, ya no da ni la cara y se esconde detrás de actuaciones judiciales de una desproporcionalidad e irresponsabilidad política mayúsculas que para mí sólo puede tener una sentencia: ¡condena rotunda!
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