tú y yo somos tres

«Esto no tiene ninguna gracia»

Andreu Buenafuente en su monólogo (#0).

Andreu Buenafuente en su monólogo (#0).

ferran Monegal

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Los humoristas se están poniendo serios. Cuidado. Es otra señal de la gravedad de lo que está pasando. <b>Andreu Buenafuente</b> arrancó su monólogo de '<i>Late Motiv'</i> (#0) con estas palabras: «Esto no tiene ninguna gracia. Vivo en Madrid, y vivo en Barcelona. En ambos sitios conozco a mucha gente sensata. Me niego a pensar que esto no tiene solución. La tiene: solo hay que poner ganas (...) A veces hace falta ponerse un poco serio para poder seguir riendo el resto del tiempo». ¡Ah! En esta ocasión coincido al cien por cien con Buenafuente. Y quiero elevar a categoría lo que su postura retrata: ante lo peligroso de lo que está pasando, el humorista tuvo que adoptar, esperemos que transitoriamente, la seriedad. También Wyoming estuvo el otro día serio y concentrado. Transformó 'El intermedio' en un monográfico con Manuela Carmena Ada Colau de invitadas. Me gustó Manuela en particular. Habló claro. Está por un referéndum, pero no como el que está planteado, al que considera «sin garantías e improvisado». No obstante, lanzó un aviso, una convicción, que dicha por ella -que antes que alcaldesa fue magistrada durante casi 20 años-, convendría que el Gobierno central meditase: «Con el Código Penal no se puede cambiar una situación social». Y añadió: «El Código Penal no sirve delante de un movimiento social multitudinario». Esa noche no hubo bromas de Wyoming. Ante la gravedad del disparate general, los humoristas se ponen serios. Es un dato sobre el que los políticos deberían reflexionar.

{"zeta-legacy-video":{"videoId":"1462842"}}DESCONEXIÓN TELEVISIVA: TV-3 SE DISPARA .-  La novedad del miércoles fue la lucha de los imperios: 'Tiempos de guerra' (A-3 TV) contra Bertín Osborne (T-5) charlando con Paz Padilla y con su, madre doña Lola, que estuvo desternillante llamando a Vasile don Basilio. Ambos programas acabaron casi empatados. En Catalunya, no. Aquí TV-3 hizo el seguimiento constante sobre las manifestaciones ciudadanas, desde las ocho de la mañana hasta casi las dos de la madrugada, y logró una media de cuota de pantalla del 22%. Algo extraordinario. El 'TN vespre' tuvo un pico de casi un millón de espectadores. Bertín en Catalunya no pasó de 260.000, y A-3 TV se quedó en 196.000. ¡Ah! Ese día la desconexión de Catalunya con España fue un hecho constatable. Desconexión estrictamente televisiva, pero meditable.