Análisis

La democracia constitucional se defiende

Lo que ha pasado es lo normal en un Estado de derecho que tiene instrumentos para defender la democracia frente a esta técnica golpista posmoderna que ha sido el 'procés'

La Guardia Civil requisa material del 1-O en la sede de Unipost en Terrassa.

La Guardia Civil requisa material del 1-O en la sede de Unipost en Terrassa. / periodico

JOAQUIM COLL

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El 19 de julio de 1936 quien abortó en Barcelona el golpe de los facinerosos contra la legalidad republicana y el autogobierno catalán fue la Guardia Civil con el general José Aranguren y el coronel Antonio Escobar al frente. Todavía sigue sin rendírseles el merecido reconocimiento público. Así pues, no olvidemos el honroso papel desempeñado por la Guardia Civil tanto entonces como ahora, cuando algunos intentan siempre asociar el tricornio al franquismo. Porque quien hace dos semanas liquidó en el Parlament el orden constitucional y estatutario, sin escuchar a los letrados de la Cámara ni el criterio del Consell de Garanties, y pisoteando los derechos de los diputados de la oposición, fueron los grupos separatistas. La semana pasada, las cuatro grandes asociaciones de jueces, de signo ideológico diverso (incluyendo a la progresista Jueces para la Democracia), redactaron un comunicado conjunto en el que se afirmaba que el Govern había perdido el carácter de autoridad al rebelarse contra la norma constitucional, por lo que ya “no tiene que ser obedecido”. Los jueces también decían otra cosa sobre la que deberían reflexionar las personas que estos últimos días han intentado obstaculizar la labor de la Guardia Civil bajo mandato judicial: la desobediencia que desprecia las normas jurídicas "no es un acto heroico sino totalitario". 

El juzgado del caso de Santiago Vidal

El comunicado unánime de estas asociaciones de magistrados es la mejor descripción de lo que está pasando en Catalunya, aunque muchos pretendan hacer ver las cosas al revés en nombre del pueblo catalán y su libertad. Afortunadamente, la democracia constitucional tiene armas para defenderse. La macrooperación judicial que ha desarticulado el núcleo duro de la organización del referéndum secesionista era inevitable que acabara produciéndose antes del 1-O. Es importante destacar que la acción ha sido ordenada no a instancias de la Fiscalía, sino por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, probablemente tirando del hilo de la causa abierta a raíz de las declaraciones del exsenador Santiago Vidal meses atrás. Tiempo habrá de conocer los detalles. Ahora toca subrayar que lo que ha pasado o pueda suceder en este terreno, con más registros y posibles detenciones, es lo normal en un Estado de derecho que tiene instrumentos para defender la democracia frente a esta técnica golpista posmoderna que ha sido el 'procés'. 

No hay nada de lo que escandalizarse, si acaso lamentar que no se hubiera producido antes. La distorsión de la realidad la genera el hecho de que la izquierda populista de Unidos Podemos y sus confluencias, incluyendo a los 'comuns' de Ada Colau y Xavier Domènech, ha optado por fortalecer coyunturalmente el discurso separatista con el objetivo de echar a Mariano Rajoy del poder al precio que sea. Pablo Iglesias, que ya habla estos días de "presos políticos" como si estuviéramos en una dictadura, intenta saltar de la vía muerta en la que se encuentra, con encuestas a la baja desde hace un año, sumándose al "gran pollo" que ha organizado el independentismo. Pero la democracia constitucional es más fuerte de lo que creen.