LIBERTAD CONDICIONAL

No es ser poliamoroso, es ser un cabronazo

LUCÍA ETXEBARRIA

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El último domingo antes de las vacaciones de este suplemento se publicó un artículo sobre infidelidad y abuso psicológico. Y, para mi sorpresa, algunos conocidos míos me dijeron que no entendían cómo había escrito un artículo con tanta "moralina" después de haber escrito un libro sobre poliamor ( El libro se llama 'Más peligroso es no amar' y creo que es el estudio más exhaustivo que se ha hecho en España sobre personas que viven en relaciones poliamorosas). Me sorprendió ver que gente culta y presuntamente informada no tenía ni idea de lo que es moral, y desde luego menos idea aún de lo que es poliamor.

El abuso psicólógico no es moral, nunca. Pero ya de paso, es un delito. Y el poliamor y la infidelidad se parecen tanto como un huevo a una castaña.

En una novela que leí hace poco y que está basada en una historia real (se llama 'Un año y un día'), una mujer le cuenta a otra que ella es poliamorosa pero que su marido no lo sabe.

Esta chica no es poliamorosa. Esta chica tiene un morro que se lo pisa.

Hay que tener cuidado porque desde que el poliamor se ha puesto de moda hay quien echa mano del término para justificar una infidelidad. Esta chica decía que ella era poliamorosa de corazón pero que como sabía que su marido nunca lo aceptaría "no tenía más remedio" que engañarle. Es como si me dicen que como una chica no quería acostarse conmigo, "no me quedó otro remedio" que violarla.

Esta mujer nunca había hablado con su marido sobre qué tipo de relación era la que él verdaderamente quería porque "él era demasiado tradicional y cerrado de mente como para entenderlo". A la pregunta: "¿Qué sentirías si fuese él quien tuviese una relación con otra persona?", respondió convencida que "eso era imposible", porque su marido "simplemente no haría nunca algo así".

Poliamor es la filosofía y la práctica no posesiva, honesta, responsable y ética de amar a varias personas al mismo tiempo. Se refiere al hecho de mantener más de una relación íntima, amorosa y duradera de manera simultánea con varias personas, con el pleno consentimiento y conocimiento de los involucrados. Repito: conocimiento y consentimiento.

Hay infinitud de formas de aceptar y vivir el poliamor. No todas las relaciones (ni poliamorosas ni monógamas) siguen los mismos principios ni exigen conocer los mismos datos sobre lo que hacen o dejan de hacer sus diferentes parejas cuando no están junto a ellos. No todas las personas poliamorosas tienen las mismas ideas políticas. Pero una cosa está clara: el poliamor nunca se traduce en una traición a los acuerdos establecidos con las personas a las que amas.

No siempre es fácil definir exactamente lo que es poliamor, pero es bastante fácil decir lo que no es: el poliamor nunca es engañar ni manipular.

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Nuestra sociedad es muy, muy, muy hipócrita. Vemos con muy buenos ojos la infidelidad. Con solo hojear las revistas del corazón o mirar un poco de televisión lo compruebo. Por ejemplo, hay una famosa serie española de máxima audiencia, de cuyo nombre no quiero acordarme, que se sustenta básicamente en asuntos de cuernos. De gente que engaña, que miente a otra gente. Y de eso van las tramas. Y parece que el tío que pone cuernos a su mujer es un héroe, una persona a admirar. Si es ella la que lo hace lo vemos peor, pero… Que lo haga, siempre que no la pillen. Qué lista, qué bien se lo monta, qué vidilla, la tía.

Eso sí, como llegue una pareja y cuente, por ejemplo, en una cena de Nochevieja, que han decidido tener un acuerdo de pareja abierta, en el que cada uno mantiene sus relaciones y se las cuentan el uno al otro, esto se ve fatal. Esto es depravación y vicio.

A mí, me parece de una crueldad intolerable el mentir a otro de forma continua, el hacer dudar a una persona de su propia cordura y de su propia identidad. Nunca, nunca, me pondría del lado de una persona que miente a su pareja. Y jamás pensaría que la persona engañada tiene la culpa, que lo ha consentido, que es tonto o tonta, o débil, o que de alguna forma lo merece, porque "ya no había pasión en ese matrimonio". Si tu matrimonio ya no te gusta, lo debates abiertamente con tu pareja, no mientes.

El poliamor implica sinceridad y lealtad. Implica que las personas con las que mantienes relaciones sepan en la situación en la que están y decidan conscientemente que desean estar ahí.

El poliamor es una cosa. Poner los cuernos y mentir es otra.

Eso no es ser poliamoroso, es ser un cabronazo.