Opinión | Editorial

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El caso del aviso belga sobre el imán Satty

La ejemplar transparencia de los Mossos tras el 17-A debe extenderse a la alerta recibida a principios del 2016

Las investigaciones periodísticas que afloran sobre la urdimbre del atentado consumado de Barcelona y el frustrado de Cambrils revelan zonas de sombra en las que debe proyectarse cuanto antes la luz de la transparencia. Una sociedad democrática  y madura como la catalana –y la española por extensión– tiene derecho a saber toda la verdad sobre la enorme tragedia del 17 de agosto, con las lógicas salvedades de lo que debe permanecer bajo reserva para garantizar precisamente la seguridad ciudadana. Y uno de los datos relevantes nuevos es que los Mossos fueron alertados en enero del 2016 de las andanzas en Vilvoorde (Bélgica) de Abdelbaky Es Satty, imán de Ripoll y piedra angular de la vesánica operación  yihadista.

Aunque a título personal e informal, un responsable de la unidad de inteligencia de la policía catalana recibió hace un año y medio un correo de un agente de la localidad belga pidiendo información de Satty y avisando de que estaba planeando volver a Barcelona. ¿Negligió el destinatario del correo lo que podía ser un hilo que condujera a un ovillo? Según el hoy 'conseller' de Interior, Joaquim Forn, no. Pero las explicaciones deben ser más claras y contundentes, porque no pueden caber dudas sobre un extremo que hoy parece que podría haber sido determinante para detectar y neutralizar las maquinaciones del imán. La claridad debe abrirse paso para eliminar suspicacias, sobre todo porque esta posible disfunción se une a dos datos clave, cuyo conocimiento directo sí escapaba a los Mossos: en el 2006 Satty salió mencionado en un sumario sobre actividades radicales, y en el 2010 ingresó en la cárcel de Castellón para cumplir cuatro años por tráfico de drogas. La transparencia informativa que Interior y los Mossos han practicado sobre los hechos del 17-A, y que les ha valido justos y generalizados elogios, debe extenderse sin duda al asunto del 'e-mail' belga.

Y con la misma firmeza hay que insistir en la necesidad de que los cuerpos policiales –o, mejor dicho, sus responsables políticos– actúen coordinadamente y sin corporativismos. En general, los agentes de a pie de los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil tienen buena  relación profesional, y eso debe ser también así en todos los niveles jerárquicos. Lo contrario solo perjudica el bien superior que es la eficacia de la protección de la seguridad de los ciudadanos.