Griterío

Puigdemont y Junqueras optaron por estar callados en agosto y la CUP se ha gustado como portavoz del 'procés'

La CUP y otros representantes de la Crida Constituent presentan delante de la Cambra de Comerc  la campaña  "Autodeterminació, desobediència, Paisos Catalans, escombrem-los".

La CUP y otros representantes de la Crida Constituent presentan delante de la Cambra de Comerc la campaña "Autodeterminació, desobediència, Paisos Catalans, escombrem-los". / periodico

ALBERT SÁEZ

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La CUP nacional está viviendo un agosto glorioso. El estado mayor del 'procés' decidió que la primera quincena del mes era mejor guardar silencio desde las instancias oficiales atrapadas en el lío de El Prat. Confían en que llevarán la iniciativa a partir del 16 con la ley del referéndum, la respuesta de Rajoy y 'tutti quanti' hasta llegar a las movilizaciones del 11-S. Puigdemont y Junqueras han estado en modo 'off', de manera que los portavoces de la izquierda independentista han copado los canutazos en las radios, las televisiones, los digitales y las ediciones en papel de los diarios que renuncian a tener agenda propia. La irrupción de Arran en el debate sobre el turismoturismo ha encantado a cierta prensa de Madrid, la de siempre y los neopopulares de la antigua socialdemocracia, que les ha permitido decir lo que siempre ha pensado Mayor Orejael 'procés' es ETA. Solo ha faltado la manifestación de Otegui para redondear la faena. 

Y la verdad es que los de la CUP se han gustado mucho a sí mismos, cada día un poco más. Se han visto en las portadas de los medios que tanto deploraban y les ha entrado un ataque de ese narcisismo tan propio de la izquierda antisistema con el agravante de que cada día han tenido que gritar un poco más para seguir atrayendo a los micrófonos. Han creído encontrar en el turismo la espoleta revolucionaria que tanto gustaba a Ernesto Laclau y ya se imaginan el 2-O como una gloriosa jornada revolucionariael 2-Ojornada revolucionaria con las cabezas de Mas y Santi Vila colgando del Palau de la Generalitat. Quienes se relamen contemplando este espectáculo hay que recordarles que la CUP es todavía la facción minoritaria de la mayoría independentista del Parlament y que Arran y Endavant son dos de las facciones de la propia CUP más cercanas al movimiento anticapitalista que al independentismo. Como no se cansan de recordar quienes en el actual PDECat se opusieron a regalar a la CUP la pieza de Mas, el 'procés' quedó en sus manos pero no está nada claro que lo hayan aprovechado para hacer otra cosa que gritar. Eso sí, cada vez más fuerte y con altavoces más potentes