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La niña enterrada

Fiona Barton tiene ante sí una carrera notable dentro del policial doméstico y podría convertirse, incluso, en la nueva Ruth Rendell

Fiona Barton.

Fiona Barton. / FERRAN SENDRA

RAMÓN DE ESPAÑA

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La primera novela de Paula Hawkins, 'La chica del tren', fue un éxito global indiscutible. A su rebufo, Planeta publicó otra excelente muestra de domestic noir que no tuvo la misma difusión, 'La viuda', de la también debutante británica Fiona Barton. En ambos casos, uno se quedaba haciéndose la pregunta de si estaba ante una carrera literaria de interés o si, como se dice vulgarmente, la flauta había sonado por casualidad.

Convenientemente leídas las nuevas novelas de las señoras Hawkins y Barton (respectivamente, 'Escrito en el agua' y 'The child', todavía inédita en español, aunque no creo que por mucho tiempo), la balanza se inclina a favor de la segunda. Mientras 'Escrito en el agua' resulta decepcionante por culpa de una intriga que avanza a trompicones y unos personajes que no se matan precisamente a la hora de atraer el interés del lector, 'The child' es un inquietante 'thriller' que se devora a gran velocidad.

Si en 'La viuda' todo se centraba en la descripción de un marido infecto que dejaba una gran paz tras su fallecimiento, en 'The child' todo gira en torno a un bebé robado del hospital en los años setenta cuyo minúsculo cadáver es desenterrado un día en una obra, obligando a su madre a revivir una historia que, en el fondo, no la ha abandonado ni un día durante las últimas cuatro décadas.

A través de esa madre, de una periodista que investiga el caso y de una redactora de memorias de 'celebrities' cutres y su peculiar progenitora (ninguna de las dos está completamente en sus cabales; la primera insiste en que el bebé era suyo sin prueba alguna), la historia de la niña desenterrada va sacando a la luz unos hechos y unos años que habían quedado atrás solo aparentemente, mientras resurge la pregunta que todo el mundo dejó de hacerse hace tiempo: ¿Quién secuestró a la pequeña Alice y por qué? Y lo que es más: si el secuestro se produjo en los años setenta, ¿por qué el bebé fue enterrado en los ochenta y dónde estuvo su cadáver durante más de diez años?

No sé si Paula Hawkins levantará cabeza con su siguiente libro o si 'La chica del tren' era todo lo que tenía que contarnos, pero no me cabe duda de que Fiona Barton, aunque venda menos, tiene ante sí una carrera notable dentro del policial doméstico: podría convertirse, incluso, en la nueva Ruth Rendell.

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