Un Parlament improductivo

La escasa actividad legislativa de la Cámara coincide con los años de 'procés'

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JOSÉ A. SOROLLA

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Pendiente la ley del referéndum y quizá la de transitoriedad jurídica, la actual legislatura del Parlament de Catalunya puede darse por acabada, ya que, haya o no haya referéndum el 1 de octubre, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha declarado el periodo de sesiones concluido. Si no hay referéndum, convocará inmediatamente elecciones.

No puede decirse precisamente que el Parlament sea productivo porque no ha cumplido ni las propias expectativas anunciadas por el president. Puigdemont aseguró que la Cámara aprobaría 45 leyes en los 18 meses de legislatura y el resultado ha quedado muy por debajo, en la mitad. Han sido 23 leyes (18 este año y cinco en el 2016) las que han obtenido la luz verde, contando las tres que se han aprobado en el último pleno, el del pasado miércoles, la de la controvertida reforma del reglamento, la de comercio y la del cambio climático, según la web del Parlament. Y tres al menos de las normas con más repercusión han surgido de la iniciativa popular, las que se refieren a la renta mínima garantizada, la regulación de los clubs cannábicos y la anulación de los juicios franquistas en Catalunya.  

La escasa actividad legislativa del Parlament no se reduce, sin embargo, a esta legislatura tan corta, aunque bien es verdad que las últimas han sido todas cortas: dos años del 2010 al 2012, tres del 2012 al 2015 y año y medio ahora.  Pero, en la más larga de las tres, la legislatura del 2012 al 2015, se aprobaron únicamente 47 leyes, solo dos más en tres años que las que Puigdemont prometió al inicio de su mandato. El récord de inactividad legislativa corresponde al año 2013, en el que solamente se aprobó una ley (sobre el tipo impositivo aplicable a las transmisiones patrimoniales onerosas de bienes inmuebles).

Este descenso de la actividad legislativa lo ha achacado la oposición al inicio del proceso soberanista y al hecho de que el Govern de la Generalitat se ha concentrado en la gesticulación y la agitación en el camino hacia la independencia, en lugar de en gobernar las cosas concretas. Y las cifras confirman esta impresión. En los dos primeros años del mandato de Artur Mas (2011-2012), en los que se dedicó básicamente a los recortes sociales en alianza parlamentaria con el PP, se aprobaron 21 leyes, y en la legislatura que coincide con el arranque del 'procés' (2012-2015), desde el adelanto fallido de las elecciones hasta “el voto de nuestra vida”, fueron 47, pero menos de la mitad que en el segundo tripartito (2007-2010), que sacó adelante 97 leyes en cuatro años.

Si comparamos la actividad legislativa del Parlament con la del Congreso de los Diputados, la menor producción de la Cámara catalana es también evidente. En la X legislatura (2011-2015), las Cortes aprobaron 244 leyes, aunque en este caso hay que tener en cuenta que el PP gozaba de mayoría absoluta y podía legislar sin oposición. Pero en las dos anteriores legislaturas, la IX (2008-2011) y la VIII (2004-2008), con gobiernos en minoría de José Luis Rodríguez Zapatero, se alcanzaron también cifras considerables: 197 y 219 leyes, respectivamente.