La ética del cuidado

La dependencia de unas personas respecto a otras se ha considerado como negativo desde el punto de vista de la cultura económicamente hegemónica

Un grupo de jubilados junto a una residencia de ancianos de Barcelona.

Un grupo de jubilados junto a una residencia de ancianos de Barcelona. / periodico

JOAN SUBIRATS

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Hablamos, por suerte, mucho más de cuidado, de atención y de vínculos que antes. Hace ya muchos años que Carol Gilligan expresó la idea que las mujeres tienen una manera distinta de pensar en términos de moral y ética. O, dicho de otra manera, una idea distinta en relación a lo que es relevante, lo que te orienta en la vida. Y para Gilligan en la base de esa diferencia estaba la importancia que las mujeres dan al cuidado. Y esa afirmación ha ido tomando cuerpo, fundamentándose en lo que es una realidad constatable diariamente, pero también reforzándose conceptualmente.

Es un tema relevante, ya que lo que caracteriza al 'homo economicus' –la base de racionalidad económica que explicaría el proceder de la gente– no acaba de explicar ni de incorporar esa idea. Desde esa perspectiva lo que resulta clave es operar con la autonomía suficiente para conseguir maximizar la utilidad de las acciones individuales. Y para ello es importante tener cuantos menos lazos mejor. Cuantas menos ataduras sea posible. La moraleja es que si tienes que preocuparte por cuidar y atender, acabarás perdiendo oportunidades.

Desde este punto de vista, la dependencia de unas personas con respecto a otras ha ido siendo visto como negativo desde el punto de vista de la cultura económicamente hegemónica. Precisamente, la creciente importancia de la economía de los cuidados, su falta de reconocimiento desde el mercado pero su papel esencial en la defensa de condiciones vitales dignas, ha ido poniendo de relieve que no se puede hablar de autonomía sin hablar de interdependencia, de la misma manera que se puede seguir separando la esfera pública de la esfera privada en este tipo de temas.

Todas estas cuestiones pueden parecer retóricas o abstractas, pero, por el contrario, resultan claves para orientar de manera estratégica y socialmente responsable la conexión entre políticas de salud y políticas sociales, entre acción comunitaria y políticas públicas, entre trabajo mercantilmente reconocido como tal y el trabajo de atención y cuidado cada vez más relevante.