Análisis

El punto de partida

Aún da la sensación de que el nuevo líder socialista tiene que andar con los pies de plomo. El PSOE sigue oliendo a tormenta

Pedro Sanchez conversa con Alfredo Perez Rubalcaba

Pedro Sanchez conversa con Alfredo Perez Rubalcaba / periodico

CRISTINA PARDO

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Pedro Sánchez será reelegido nuevo secretario general del PSOE este fin de semana. Misma persona para gestionar el mismo panorama político, con una salvedad: su abrumadora victoria sobre Susana Díaz le deja las manos mucho más libres para elegir un equipo afín y para determinar el rumbo del PSOE. Excepto eso, que no es poco, Sánchez se va a encontrar a partir de mañana en el día de la marmota. Son dos los escenarios endiablados que tiene que resolver. Al menos, ahora no le pilla de nuevas.

Lo primero que debe aclarar es cómo va a ser su relación con Podemos, a los que en sus primeros días llegó a tildar de "populistas". En la etapa anterior la relación fue mala, por no decir imposible, porque Sánchez quiso hacer un trío con Ciudadanos y porque Iglesias pretendió establecer un pacto de igual a igual, a pesar de la diferencia de escaños, con unas formas de difícil digestión. Después de que le quitaran el cargo, Sánchez dijo que se había equivocado y que la única solución para gobernar algún día era "trabajar codo con codo" con Podemos. A juzgar por el tono de ambas formaciones en la moción de censura, dio la sensación de que mantenía esa tesis. Sin embargo, 24 horas después defendió otra vez un imposible: el trío PSOE-Ciudadanos-Podemos. Así que necesitamos algo más de claridad. ¿En qué punto estamos? ¿Hemos vuelto a la casilla de salida? 

Para tener todos los datos, es necesario que Sánchez resuelva el segundo escenario endiablado: ¿cuál es su solución para el problema planteado en Catalunya? Ahora nos dice que España es plurinacional, "una nación de naciones". ¿Pero cuántas hay? ¿Cuántos Estados? ¿Qué implica eso en la práctica? ¿Está por la labor de negociar un referéndum? Si la respuesta es no, ¿qué es exactamente lo que plantea, que los independentistas se conformen con ser lo que el propio Sánchez ha definido como "una nación cultura"?

ESTADO PLURINACIONAL

El PP sostiene que, por sus conversaciones con el líder del PSOE, él está con Rajoy y no llevará hasta las últimas consecuencias su teoría del "Estado plurinacional". Pero ellos no lo saben con certeza y creo que el resto tampoco. Una vez aclarado este punto, si es que Sánchez es capaz, ya estaremos en condiciones de intuir si los socialistas se inclinan por presentar una moción de censura. Porque sin Ciudadanos volveremos al mismo punto que antes de la abstención de la gestora al gobierno de Rajoy. ¿Aceptará el secretario general del PSOE los votos de los independentistas catalanes? ¿A cambio de qué? ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar en las negociaciones? ¿Sería un gobierno estable o cada uno haría la guerra por su cuenta con la vista puesta en las siguientes elecciones?

Esto es lo que debe aclarar Sánchez, ahora que todavía no está maniatado por el comité federal. Los militantes le dieron su voto y los barones, aunque mantienen sus dudas, han perdido fuerza. No obstante, aún da la sensación de que el nuevo líder tiene que andar con los pies de plomo. El PSOE sigue oliendo a tormenta.