Un voto en defensa de la República

El nivel de apoyo a Le Pen entre los jóvenes puede alcanzar un nivel récord

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NEUS TOMÀS / BARCELONA

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Los observadores franceses coinciden en que el nivel de «indecisión electoral» es inédito en unos comicios en ese país. De ahí que no se atrevan a pronosticar cuál será el comportamiento de un electorado tan agotado como el de la mayoría de estados europeos. Preocupa, y no es para menos, que el voto antisistema, asociado en especial a los jóvenes, se lo pueda llevar el Frente Nacional. El apoyo a Marine Le Pen no es ideológico, es un voto de protesta. 

En 'Le Monde', uno de los responsables del Institut Français d’Opinion Publique (IFOP), Frédéric Dabi, señala que el nivel de abstención entre los jóvenes puede superar la media. Pero alerta también de que el apoyo a Le Pen entre los que tienen entre 18 y 24 años puede alcanzar un nivel récord. ¿Por qué a esa edad alguien puede estar pensando en votar a un partido de extrema derecha? Pues, según el retrato que hacen los expertos, simplemente por desesperación. Cabría pensar que el izquierdoso Jean-Luc Mélenchon podría ser un candidato más atractivo para este colectivo, pero si muchos votantes optan por el FN es porque para ellos esto no va de principios. Va de un patriotismo engañoso y de soluciones mágicas que no existen. El terror lo sabe, y el atentado de este jueves en el corazón de París busca condicionar, aún más, las elecciones.

Si las encuestas no fallan, el único capaz de frenar a la extrema derecha quizás sea Emmanuel Macron, menos carismático que Mélenchon pero con más opciones de aglutinar todo el voto 'anti-Le Pen'. Macron, el 'Rivera francés', con un bagaje mayor que el del líder de Ciudadanos aunque ambos coincidan en la carta de presentación («ni de izquierda ni de derecha»), ha emergido como un mal menor frente a un socialismo en caída libre y una derecha tocada por la lacra de la corrupción.

Los franceses hace tiempo que descubrieron que bajo el empedrado parisino no estaba la playa. Pero la República sigue siendo la República, menos igualitaria de lo que la soñaron y cada vez con menos libertades. Sí, votará más dolorida y atemorizada que nunca, y aun así cabe esperar que este domingo y, sobre todo, en la segunda vuelta, Francia demuestre que aún es Francia.