United Airlines como síntoma

Protesta de un ciudadano en el aeropuerto internacional O Hare de Chicado por el trato dispensado por United Airlines al pasajero David Dao.

Protesta de un ciudadano en el aeropuerto internacional O Hare de Chicado por el trato dispensado por United Airlines al pasajero David Dao. / periodico

RAMÓN LOBO

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David Dao -mundialmente conocido gracias a los teléfonos de varios pasajeros, que grabaron lo ocurrido dentro de un avión de United Airlines, y de las redes sociales que lo divulgaron- es un símbolo más del Far West en el que nos encontramos. Prima la ley del más fuerte, el abuso y el matonismo. Sería un exceso decir que es culpa de Donald Trump, pero no afirmar que su elección como presidente es parte del desmoronamiento general de principios y valores. Nos empeñamos en llamarlo 'posverdad' cuando la palabra adecuada es 'posdemocracia'.

Resulta difícil entender que la tripulación no hallara mejor solución al overbooking (venta de más plazas de las existentes) que utilizar los guardias de seguridad del aeropuerto de Chicago en el desalojo de un hombre que había abonado su pasaje y se hallaba en su asiento. En este Far West del siglo XXI, igual que en el de las películas de John Ford, los agentes del orden se distinguen por su capacidad de generar desorden.

United Airlines sostiene que realizó una oferta al pasaje y que nadie la aceptó, como si fuese una razón que justificara el maltrato posterior. Existe un principio básico en el capitalismo que regula la oferta y la demanda. Solo hay que subir la oferta hasta lograr el objetivo. Lo llaman mercado. Quizá sea el caso de David Dao un símbolo también de un capitalismo salvaje que utiliza la fuerza y el chantaje para doblegar empresas, países, Gobiernos y monedas.

Fue ese capitalismo depredador e insaciable el causante de la crisis de las hipotecas basura de 2007 y de las dos recesiones posteriores (¿o son tres?) que han engullido millones de empleos en todo el mundo. Un capitalismo que sale impune y reforzado, sin nuevas leyes que regulen su glotonería, su ansia de arrasar el gallinero entero. Si siempre controlaron al poder político, ahora lo hacen sin disimulo. El Gobierno de multimillonarios de Trump es un ejemplo. 

La compañía aérea sostiene que la elección de quién debe dejar el asiento se toma en función del precio pagado, como si acogerse a una rebaja ofrecida por la propia empresa supusiera una merma automática de derechos. Desconocemos si los rasgos asiáticos de Dao, un médico de 69 años de origen vietnamita, desempeñaron algún papel, al menos en el modo brutal con el que fue arrancado de su asiento y arrastrado por el pasillo. Hablamos de un tipo con papeles que había pagado su billete. No era un polizón. Ni un islamista.

PERIODISMO DE BAJURA

Esta historia tiene múltiples enseñanzas que afectan a nuestra profesión de periodistas. No tardaron en salir informaciones que desempolvaban un pasado turbio, ya liquidado con la justicia, como si esos asuntos de hace 15 años, dieran la razón a United Airlines y a los mamporreros del aeropuerto. El periodismo de bajura al servicio del abusador.

¿Tiene relevancia en el caso United Airlines que Dao proporcionara prescripciones a un paciente a cambio de favores sexuales o que ganara dinero jugando al póker? ¿Tiene menos derechos una persona con antecedentes policiales? Es una línea muy peligrosa.

Es esencial que el periodismo divulgue cualquier información contrastada de abusos del poder político, económico o financiero, que les fuerce a rendir cuentas. Esa labor fiscalizadora es una de las esencias del oficio. Hay una segunda enseñanza: si los periodistas fallamos en esta tarea existe una ciudadanía armada de teléfonos capacitada para sustituirnos de manera eficaz, al menos en un primer momento. Nada queda silenciado por los intereses espurios de un medio por poderoso que este sea; todo fluye en un gran río en el que se mezclan lo importante, lo trivial, los hechos y las conspiraciones.

Vivimos una revolución tecnológica y social en la que conviven la libertad, la inmediatez y la mentira masiva. Pese al éxito de la transmisión de las imágenes de Dao, estamos perdiendo la guerra esencial: decidir qué es verdad y qué es mentira, porque una parte importante de la ciudadanía ha renunciado a ese esfuerzo. Prefiere alimentar sus prejuicios.

Las imágenes grabadas desmontan la primera versión de la compañía aérea. Son un trending topic global. Ahora es necesaria la exigencia de dimisiones y el cambio urgente de unos procedimientos que facilitan el atropello. Los derechos son inviolables.

El periodismo veraz es uno de los instrumentos más eficaces con los que cuenta la sociedad civil. Y puede seguir siéndolo. Depende de nosotros. Uno de los premios Pulitzer de este año está lleno de esperanza, sobre todo para los estudiantes: se puede hacer gran periodismo en un medio local con solo 10 personas. Lo ha demostrado Art Cullen en 'The Storm Lake Times'.