Pillados

Iceta y Bonvehí no han entendido las claves de la era digital en la que se puede grabar todo y se quiere escuchar todo

miquel iceta  david bonvehI

miquel iceta david bonvehI / periodico

ALBERT SÁEZ

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Se compran móviles de última generación y contratan a toda suerte de asesores, pero la mayoría de los políticos siguen sin entender las claves de la era digital en la que ya viven sus votantes. Un simple 'smartphone' es hoy la rotativa más potente de todos los tiempos, el mejor repetidor de radio y la más avanzada estación de transmisión de televisión. Las últimas víctimas de su ignorancia han sido Miquel Iceta y David Bonvehí. El líder del PSC tuvo que hacer un auténtico acto de contrición en el último comité federal del PSOE, donde avaló la actualización del pacto entre los dos partidos. En el fragor de la camaradería federal, Iceta consideró un "error" la decisión unánime del consejo nacional de los socialistas catalanes de votar contra la investidura de Rajoy desoyendo el criterio de la gestora del PSOE de Susana Díaz. La divulgación del discurso le ha dejado con el pie cambiado en plenas primarias. Este jueves, David Bonvehí -mucho más pardillo que Icetase desayunó con la publicación de una de las arengas que le toca dar como coordinador de organización del PDECat. En la intimidad partidista, Bonvehí hizo lo mismo que hacen la mayoría de miembros del Govern en sus comidas privadas con empresarios y periodistas: admitir la posibilidad de que no se haga el referéndum. Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros, que diría el clásico. Antes pasaron por el mismo calvario el juez Santi Vidal con sus fantasías oníricas, o Duran cuando confesó que no decía lo que pensaba sobre la independencia en 2013 y aún años atrás Jordi Sevilla o el mismo Aznar.

La era digital diluye la frontera entre la conversación pública y la privada porque se puede grabar todo y la gente cree que tiene derecho a verlo y escucharlo todo. Esa es la clave. De manera que el mejor lema en el siglo XXI para la comunicación política y empresarial es: "No haga nada que no esté dispuesto a contar, porque alguien lo va a contar por usted". A Iceta, a Bonvehí y a tantos otros les traicionó un exceso de confianza en los mecanismos de control del viejo mundo. Les han pillado.